Esta peregrinación trajo consigo también el don del encuentro entre la comunidad de la casa de Crocetta y la comunidad formativa internacional para teólogos “Beato Ceferino Namuncurá” de Roma, que los recibió en su casa con gran alegría. “Ha sido una valiosa oportunidad para conocernos mutuamente, entrelazar nuevos lazos de fraternidad y cultivar las amistades que ya existen a través de la oración, la celebración eucarística, el compartir la mesa y los momentos de distensión. Todo esto es un signo de la fuerte vitalidad de nuestro carisma, que se expresa en la vivencia concreta del espíritu de familia, el cual caracteriza el espíritu salesiano”, comentó el padre Silvio Roggia, director de la comunidad romana.
Este encuentro es ya, en sí mismo, una expresión de aquella esperanza que el papa Francisco ha invitado a vivir este año. De hecho, es la reunión de dos numerosas comunidades salesianas formativas internacionales –con la presencia de salesianos de los cinco continentes y treinta y seis inspectorías, que representan el 12,7 % de los 684 salesianos en formación específica presentes en las siete regiones– manifiesta la siempre viva predilección de Dios por la Congregación Salesiana.
“Estos jóvenes salesianos que se preparan para el sacerdocio son una esperanza concreta para los jóvenes que ya encuentran en el presente y, aún más, para las numerosas generaciones al servicio de las cuales consagran todo su futuro, como signos y portadores del amor de Dios. El sueño de Don Bosco se convierte gradualmente en realidad en el rostro de cada uno de ellos”, concluyó finalmente el padre Roggia.