El evento inició con una cálida bienvenida a los participantes, tanto a quienes asistieron presencialmente como a los conectados en línea. Las sesiones de apertura generaron un ambiente acogedor, destacando el clima de “jornadas de familiaridad” y subrayando la importancia de la flexibilidad, la apertura y la comprensión. Los participantes fueron animados a adoptar el espíritu de comunión.
Un momento significativo de la sesión inaugural fue la reflexión sobre el 150° aniversario de la Primera Expedición Misionera Salesiana, enviada en 1875 a la Patagonia. Los estudiantes de la Escuela Secundaria de Valdocco escenificaron este evento histórico, reviviendo el espíritu pionero de esperanza que motivó la obra misionera de Don Bosco. Este momento destacó el legado perdurable del compromiso de Don Bosco en la difusión del mensaje de Cristo y de la fe en los lugares más remotos del mundo, recordando a los asistentes el papel crucial que desempeña la esperanza en la misión salesiana.
La sesión inaugural también incluyó intervenciones de varias personalidades salesianas, cada una abordando el tema central de la esperanza desde su perspectiva. El padre Leonardo Mancini, superior de la Circunscripción Especial de Piamonte y Valle de Aosta, compartió una reflexión inspiradora sobre la esperanza, tomando como referencia las palabras del poeta francés Charles Péguy, quien la describió como la “hermana menor” de la fe y la caridad. El padre Mancini enfatizó la importancia de que los educadores cultiven la esperanza, tanto en los jóvenes como en sí mismos; e invitó a todos los salesianos, miembros de la Familia Salesiana y colaboradores laicos a inspirar a los jóvenes a ser “buenos cristianos y honrados ciudadanos”, arraigados en el mensaje de esperanza de Cristo.
El padre Juan Lluís Playà, delegado central del Rector Mayor para la Secretaría de la Familia Salesiana, se centró en el tema del peregrinaje, un elemento esencial del Año Jubilar. Explicó que el peregrinaje no es solo un viaje físico, sino una búsqueda espiritual que lleva a una fe, un amor y una esperanza más profundos. Señaló a Valdocco como la primera etapa significativa de este peregrinaje colectivo, marcado por la apertura de las Puertas Santas, e invitó a los participantes a emprender este camino juntos, como una familia, unidos en la misión y en la búsqueda de esperanza.
El padre Stefano Martoglio, vicario del Rector Mayor, presentó una ponencia sobre el Aguinaldo del año. Su intervención transmitió los saludos del cardenal Ángel Fernández Artime y destacó el Aguinaldo como una tradición viva que sigue guiando el camino salesiano. El padre Martoglio subrayó que el Aguinaldo es un faro para la Familia Salesiana, proporcionando orientación e inspiración a cada miembro para abrazar los valores de esperanza y amor.
Luego se proyectó un video con los temas centrales del Aguinaldo, a partir del cual los participantes reflexionaron sobre el profundo mensaje de esperanza. Los temas clave incluyeron la naturaleza transformadora de cada viaje, el deseo de ser diferentes y la esencia de la esperanza. El video ilustró sobre cómo abrazar la esperanza, puede empoderar a las personas para mantenerse fieles a sus valores y creencias, independientemente de las presiones sociales, a partir de historias de personas que encontraron esperanza en diversas circunstancias.
Tras el video, el padre Martoglio compartió sus reflexiones sobre el Aguinaldo, destacando varios temas. Subrayó la importancia de vivir cada momento y resaltó el vínculo entre el Aguinaldo y el Año Jubilar. Usó el ancla como símbolo de arraigo en Cristo para la estabilidad espiritual, comparándolo con la escalada, donde anclajes seguros son necesarios para superar desafíos externos y progresar. Describió la esperanza como una energía interna que surge de la unión con Dios, haciendo que una persona sea vibrante, atractiva y capaz de amar. Resaltó el genio de Don Bosco al conectar la experiencia espiritual interior con la acción exterior, creando una poderosa comunión entre la vida interior y la acción externa. Concluyó afirmando que el Reino de Dios aún está en desarrollo, y que partir su construcción es necesario un esfuerzo continuo y encuentros personales con Dios, quien es la fuente de esperanza.
La sesión concluyó con preguntas de los participantes, a las que el padre Martoglio respondió con sencillez, brindando ejemplos concretos e ideas sobre cómo la esperanza puede traducirse en experiencias cotidianas y cultivarse en uno mismo y en la comunidad.
Las 43° Jornadas de Espiritualidad de la Familia Salesiana, que acaban de comenzar, prometen ser momentos significativos y espiritualmente enriquecedores, a través de los cuales fortalecer la invitación a vivir este camino de esperanza con los jóvenes, en la verdadera fe y el espíritu salesiano.