Durante su estancia, el hermano Muller visitó las trece casas salesianas en Etiopía, cada una con programas y actividades únicas. Desde las bulliciosas calles de Addis Abeba hasta las aldeas rurales de Gambella, quedó profundamente impresionado por los esfuerzos de los Salesianos para proporcionar educación, formación y guía espiritual a miles de jóvenes en todo el país. Su última parada fue Gambella, una región al suroeste de Etiopía marcada por conflictos y desplazamientos. A pesar de los desafíos, los salesianos de Gambella han establecido una presencia floreciente con programas que atienden las necesidades de jóvenes locales, refugiados y la comunidad en general.
Un faro de esperanza en Gambella
El trabajo de los salesianos en Gambella destaca por su compromiso con los más vulnerables. La comunidad gestiona una escuela formal, una técnica y una parroquia, proporcionando servicios fundamentales.
La escuela formal acoge estudiantes desde el nivel preescolar hasta el secundario y es reconocida por su excelencia académica y enfoque integral de la educación, fomentando el pensamiento crítico, la creatividad y la resolución de problemas.
La escuela técnica ofrece formación profesional en áreas como mecánica automotriz y general, carpintería y cursos breves de informática, peluquería, costura, fontanería, soldadura, producción agrícola y avicultura. Su énfasis en habilidades prácticas ha ayudado a numerosos jóvenes a mejorar sus perspectivas laborales.
La parroquia es un centro espiritual que promueve el crecimiento comunitario y la justicia social mediante catequesis, preparación sacramental y programas para refugiados y poblaciones vulnerables.
Compromiso con los refugiados
Uno de los aspectos más destacados del trabajo en Gambella es el apoyo a refugiados. La región alberga varios campos que brindan refugio a personas desplazadas por conflictos en países vecinos. Los salesianos han implementado programas educativos, de formación profesional y apoyo psicosocial para estos grupos, reafirmando su misión de servir a los más marginados.
Un mensaje de esperanza y solidaridad
Al concluir su visita, el hermano. Muller expresó su gratitud por los incansables esfuerzos de los Salesianos y reafirmó el compromiso de la Congregación de apoyar a el trabajo en Etiopía. A pesar de los retos, los Hijos de Don Bosco siguen siendo un faro de esperanza para los jóvenes y las comunidades necesitadas, evidenciando el poder transformador de la educación, el amor y la solidaridad.
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