Las mujeres representan más del 40% de la fuerza laboral agrícola en los países en desarrollo, con porcentajes que van desde el 20% en América Latina hasta el 50% o más en algunas zonas de África y Asia, pero son menos del 15% de los propietarios de tierras en todo el mundo, según las Naciones Unidas.
Las Naciones Unidas han observado que “las mujeres representan una parte sustancial de la fuerza laboral agrícola, incluido el trabajo informal, y realizan la mayor parte del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado dentro de las familias y los núcleos familiares en las áreas rurales. Ellas contribuyen de manera significativa a la producción agrícola, la seguridad alimentaria y la nutrición, la gestión de la tierra y los recursos naturales y a la construcción de la resiliencia climática. A pesar de esto, las mujeres y las niñas de las áreas rurales sufren de manera desproporcionada de pobreza multidimensional. Pueden ser igual de productivas y emprendedoras que sus contrapartes masculinas, pero tienen menos posibilidades de acceder a la tierra, al crédito, a los factores de producción agrícolas, a los mercados y a las cadenas agroalimentarias de alto valor y obtienen precios más bajos por sus cosechas”.
Los salesianos en el mundo se concentran en alcanzar la paridad de género, a través de programas dirigidos específicamente a las jóvenes y a las niñas. Estos programas se esfuerzan por empoderar a las jóvenes y a las niñas proporcionando oportunidades de educación y formación que lleven a un empleo con un salario digno.
“Mediante la educación y la formación profesional y garantizando la igualdad de acceso a los programas sociales, los salesianos empoderan a las mujeres rurales en países de todo el mundo – explica el padre Michael Conway, Director de Salesian Missions –. Garantizar el acceso a la educación permite a las mujeres desarrollar una fuente de ingresos confiable para sus familias y contribuir de manera significativa a sus comunidades”.
Se trata de proyectos significativos, como el de Bosco Global, en Bolivia, “Deconstrucción de la desigualdad a favor de los derechos de las mujeres indígenas en la provincia de Muñecas”, gracias al cual ochenta mujeres indígenas han participado en cursos de formación. El proyecto es apoyado por la Generalitat Valenciana, red de instituciones gubernamentales de la comunidad autónoma española de Valencia. El proyecto, que se lleva a cabo en los municipios de Ayata, Chuma y Aucapata, se centra en la emancipación femenina. Los talleres de formación se realizaron con la colaboración de Bosco Global y de la Fundación Machaqa Amawta, junto a la Federación de mujeres campesinas indígenas “Bartolina Sisa”.
Los cursos se llevaron a cabo respetando el contexto, las costumbres y la cultura de las mujeres involucradas, pero tratando de deconstruir algunos estereotipos sobre temas como la autoestima y el cuidado personal, que ellas mismas perciben como inherentes a la realidad de las cosas.
En Ecuador, en cambio, el Centro de formación “María Auxiliadora” ha organizado iniciativas de formación para más de doscientos setenta personas en 2024. La mayor parte de la formación está dirigida a las mujeres de la provincia de Esmeraldas, que enfrentan el desempleo, la falta de recursos, la violencia de género y el abandono. La formación es impartida por tres profesionales laicos y comprende doce cursos en seis sectores laborales.
El centro fue inaugurado hace diez años en el Valle de San Rafael, en la Provincia de Esmeraldas, con la colaboración del “Proyecto Salesiano Ecuador” y de la Comunidad Salesiana “San Juan Bosco” de Esmeraldas. La misión es apoyar a las poblaciones vulnerables en un lugar marcado por la violencia, el tráfico de drogas, la pobreza y la falta de oportunidades.
Los salesianos que operan en el Estado de Imo, en el sur de Nigeria, han recibido fondos para ayudar a los agricultores locales, gracias a los benefactores de Salesian Missions. Los apoyos llegaron en el marco del proyecto denominado “Empoderamiento post-COVID a través de la provisión de aves de corral y cultivos agrícolas para jóvenes y mujeres pobres de Nigeria”. Gracias al proyecto, solo en 2022, se apoyaron cuatro familias y sus empresas agrícolas, que pudieron participar en cursos de formación sobre cultivos, abono orgánico, control de plagas y espaciado de cultivos. Ahora los agricultores cuentan con habilidades y capacidades para mejorar sus empresas agrícolas y, en consecuencia, sus ingresos. Tienen un mejor conocimiento de la gestión de las empresas y podrán mejorar sus cosechas en los años venideros.
La escuela técnico-profesional Don Bosco Muhazi, en el distrito de Gasabo, en la provincia de Kigali, en Ruanda, ofrece un curso de agricultura para jóvenes madres solteras que aún viven con sus padres. El objetivo es empoderar a las mujeres y contribuir a proporcionar apoyo a las personas más vulnerables. El proyecto también busca fortalecer la paridad de género en la educación y en el sector agrícola. Ya son veinticinco las estudiantes inscritas en la fase inicial del curso, la mayoría de las cuales provienen de los distritos de Gasabo y Gicumbi. Las estudiantes han recibido kits para asistir al curso, que contenía overoles, zapatos, azadas, rastrillos, palas, jabones y semillas para la siembra. Además, aprendieron a preparar los campos para plantar bananos, tomates, pimientos y cebollas, y aprendieron sobre el cuidado de los animales.