Desde las primeras horas de la mañana, en Fátima se respiraba un ambiente de alegría y fiesta. El “Centro Pablo VI”, donde se desarrolla el Congreso, comenzó a llenarse con la llegada de grupos provenientes de diferentes países. Banderas de varias naciones, sonrisas y abrazos cálidos, junto con una inmensa alegría, transformaron el lugar en un espacio donde la Familia Salesiana se reunió como una verdadera familia.
Entre los primeros en llegar estuvieron los grupos de América Latina, que trajeron su alegría contagiosa, seguidos por los grupos provenientes de Europa, África y Asia, portadores de la riqueza de sus tradiciones y del fervor de su devoción.
Para muchos, el viaje fue largo, pero el cansancio pronto dio paso al agradecimiento. “Doy gracias a María Auxiliadora por estar aquí hoy”, repetía varias veces un participante de Caracas, Venezuela.
Varios voluntarios acogieron a los participantes con la sonrisa y la alegría típica del carisma salesiano y, al llegar, cada uno recibió un kit que contenía un rosario, un pañuelo, una botella reutilizable, un bolígrafo y un llavero. “El mundo salesiano está reunido aquí a los pies de la Señora del Sueño”, dijo el Padre Tarcízio Morais, Superior de la Inspectoría Salesiana de Portugal (POR).
Con la llegada de todos los grupos, la apertura oficial del IX Congreso Internacional de María Auxiliadora comenzó a las 17:00. El Congreso fue inaugurado por el Padre Tarcízio Morais; el Nuncio Apostólico en Portugal, Monseñor Ivo Scapolo; el Obispo de la Diócesis de Leiria-Fátima, Monseñor José Ornelas; el Obispo Auxiliar del Patriarcado de Lisboa, Monseñor Joaquim Mendes, SDB; el Vicario del Rector Mayor, el Padre Stefano Martoglio; la Madre General de las Hijas de María Auxiliadora, Madre Chiara Cazzuola; y muchas otras personalidades.
En su discurso de apertura, pronunciado en los cinco idiomas oficiales del Congreso, el Padre Morais comenzó subrayando la devoción de Don Bosco a María Auxiliadora: “Es en Don Bosco donde la devoción a María Auxiliadora se concretizó. Don Bosco encontró la fuerza para enfrentar todos los desafíos”, destacó. Para el Inspector, este Congreso es particularmente importante porque tiene como objetivo “pensar en el futuro de la devoción a María Auxiliadora”.
El Padre Joan Lluís Playà, Delegado Central del Rector Mayor para la Secretaría de la Familia Salesiana, habló de María como la “Maestra de la misión salesiana”, subrayando que somos “una familia mariana”.
Luego tomó la palabra el Padre Gabriel Cruz, Animador Espiritual Mundial de la Asociación de María Auxiliadora (ADMA), quien destacó la importancia del Sueño de los Nueve Años, que Don Bosco tuvo hace doscientos años: “Es maravilloso pensar que este Sueño aún vive dentro de los grupos de la Familia Salesiana”, dijo.
La Hermana Carmen Lucrécia Uribe, Animadora Mundial de ADMA, comenzó diciendo que las Hijas de María Auxiliadora son un “monumento viviente a María Auxiliadora” y que, por ello, deben tener la “audacia” de mantener “vivo” el sueño.
El discurso final fue pronunciado por Renato Valera, Presidente Mundial de la ADMA Primaria, quien subrayó que todos nosotros somos “una pequeña parte del sueño de Don Bosco”.
En un momento de color y alegría, siguió la representación del “Sueño de los Nueve Años” de Don Bosco, presentada por el grupo juvenil “Arte&Sal” del Centro Juvenil Salesiano de Funchal. Posteriormente, otro de los momentos destacados de la ceremonia fue la presentación de siete imágenes de la Virgen, provenientes de diversos países: Angola, Argentina, México, India, Filipinas, Eslovaquia e Italia.
Después de la apertura oficial del IX Congreso Internacional de María Auxiliadora, la Eucaristía fue presidida por el obispo de Leiria-Fátima, Monseñor José Ornelas. En su homilía, subrayando el texto evangélico que recordaba el martirio de San Juan Bautista, el obispo José Ornelas destacó la importancia del llamado de Dios en la vida de cada uno de nosotros, así como la importancia de María en este llamado.
Durante el momento de acción de gracias, Marta Pereira da Costa, Exalumna del “Musicentro” de Lisboa, interpretó la pieza “Ave Maria Gratia Plena” con la guitarra portuguesa.