Para Don Bosco, hacer el bien era como la flor de la Violeta: una flor que no se ve, pero de la cual todos sienten su perfume. Comprando una plantita se puede contribuir a la acción de los educadores que día a día se dedican a los jóvenes, especialmente los más pobres y abandonados, aquellos acogidos en proyectos de apoyo al estudio, menores con situaciones familiares de abandono o jóvenes recién mayores de edad acogidos en las comunidades salesianas.
"No dejar solo a un joven significa estar cerca y acompañarlo en todas las etapas de la vida. Sobre todo aquellos que, cumplidos los dieciocho años, se encuentran sin protección: muchos de ellos vienen de lejos, han llegado a nuestras costas solos, con la esperanza de un futuro sin guerra ni violencia – explica el Padre Francesco Preite, Presidente de Salesianos por el Social APS –. Otros han llegado a nuestras estructuras porque carecen de una familia que pueda cuidar de ellos o porque están sometidos a procesos penales. Así es como el trabajo que realizamos en red, con todos nuestros socios en el territorio, ofrece a estos jóvenes un futuro: desde la formación profesional hasta la escuela, desde la casa hasta los espacios recreativos para practicar deportes o ser acompañados en el estudio".
La Violeta de Don Bosco forma parte de una campaña nacional para ofrecer apoyo y acogida a niños y jóvenes solos o en situación de vulnerabilidad. Hasta el 30 de marzo, de hecho, es posible contribuir también donando con un SMS o una llamada desde teléfono fijo al 45598.
Para conocer todas las plazas de la Violeta en las que será posible apoyar la iniciativa, haz clic aquí.