Aquí hay un testimonio de una joven papuana, Lucy Napitalai, alumna del "Don Bosco Technical College" de Port Moresby, sobre lo que significó el proyecto "Voices" para ella.
Escuchar con un corazón abierto para agregar valor a la vida de los demás es fundamental para tener una vida significativa. La escucha se acompaña de la acción, la que lleva a servir a los demás de manera desinteresada y a tener coraje y audacia para tomar las decisiones correctas. Creo que todo lo bueno que se coloca en nuestro corazón viene de Dios y que Su voluntad siempre prevalece. Los "no" inesperados a nuestros planes abren las puertas a los mejores "sí" por parte de Dios, que siempre están al servicio de los demás.
Mi breve, pero enriquecedora experiencia en el programa "Voices" abrió mi mente y mi corazón a muchas cosas. Comencé profundizando dentro de mí y volviendo a abrir experiencias que eran un obstáculo o un bloqueo para mí, compartiéndolas con los demás. Durante una de las intervenciones de Voices, el Padre Keith Amodia, SDB, afirmó que "se necesita valentía para compartir tu propia fragilidad". Me siento desafiada y espero poder ofrecer a los demás un espacio seguro para compartir sus partes rotas, porque creo que a veces es así como se encuentra la curación.
Las interacciones y compartires con otros jóvenes de Asia Este-Oceanía demostraron que todos, independientemente de la nacionalidad y el trasfondo, tenemos experiencias y preocupaciones que se convierten en heridas abiertas que llevamos con nosotros a donde sea que vayamos, y que solo necesitamos un refugio de positividad donde un oído atento nos escuche y cure. Entonces, creo que el programa Voices ha sido ese refugio para mí, y espero poder ampliar su alcance convirtiéndome en un refugio de esperanza para otros.
Mientras nuestro país se acerca al 50° aniversario de la independencia, proyectándose como una sociedad pacífica e inclusiva, espero que también nosotros, el pueblo, podamos abrir los ojos a la necesidad de ser libres de abusos, crímenes y opresión, comenzando desde nuestros hogares. Agradezco la plataforma proporcionada por los Salesianos para escuchar las voces silenciosas de los jóvenes. También estoy agradecida por haber participado en el programa porque pude compartir mi experiencia sobre el tema de "Abusos, crímenes, opresión" en Papúa Nueva Guinea.
Además de compartir mi experiencia, pude aprender de otros jóvenes de Myanmar, Camboya, China, Corea, Australia, Vietnam, Timor Oriental y Filipinas, que compartieron el mismo tema, además de aquellos que hablaron sobre la dependencia digital y de sustancias, el medio ambiente y el cambio climático. Nuestras intervenciones, y la mía en particular, tuvieron como objetivo ayudar a otros jóvenes a dar voz a sus gritos silenciosos. Cada joven tiene su voz y debe tomar la decisión de salir de las normas sociales que reprimen su voz. Porque cuando los jóvenes se reúnen, dialogan sobre cosas que importan y están dispuestos a actuar, surge una experiencia que les transmite una gran fuerza.
En general, "Voices" fue un encuentro breve pero muy enriquecedor, y la apertura de corazones y la presencia dinámica de todas las personas involucradas, incluidos los Salesianos, mostraron cuán vivo está el espíritu de la familia Don Bosco; y que todos tenemos una responsabilidad social en comunicar con impacto.
También estoy agradecida por las amistades establecidas y estoy ansiosa por aprovechar las oportunidades de comunicación social en nuestra Región, especialmente en la Visitaduría de Papúa Nueva Guinea e Islas Salomón.
Lucy Napitalai