Alfonz Paulen nació el 26 de enero de 1913 en el pueblo de Malé Bedzany, distrito de Topoľčany, hijo de Ján y Anna Števicova, quienes, antes de que naciera Alfonz, pidieron a la Virgen María la gracia de un hijo sacerdote durante una peregrinación al santuario de Mariazell.
Nacido en la sencillez de un ambiente agrícola y pastoril, vio morir a su padre, a su hermana y a uno de sus dos hermanos en la primera infancia y fue criado no sin dificultades por su joven madre viuda. Él mismo enfermó de tuberculosis y tuvo que trasladarse a los montes Tatra para recibir tratamiento. Mientras tanto, estudió y sintió nacer en él la vocación implorada por su madre, hasta el punto de ingresar en el seminario de Trnava en 1931.
Allí pasó cinco años, estudiando con vigor y alegría, y finalmente fue ordenado sacerdote el 17 de mayo de 1936. Su primer destino fue como capellán en el pueblo de Leopoldov, donde enseñaba a los niños de la escuela y los preparaba para la Primera Comunión, mostrándoles una ternura y un cuidado particulares. Tras cumplir el servicio militar en Praga, en 1938 fue nombrado párroco en Sološnica, donde se dio a conocer sobre todo como confesor.
En 1939, fue enviado a la parroquia de Kolpachy, (hoy Banský Studenec), en una región muy pobre de Eslovaquia en aquella época, donde a menudo faltaba incluso la comida. Mantenido por varias familias del pueblo, el Padre Paulen pasó allí más de ocho años y, además de servir con su ministerio, se desvivió por los pobres y los que sufrían, y especialmente por los niños, recordando su pasado de huérfano de padre y los difíciles años de penurias y enfermedades.
Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, el Padre Paulen, que sabía alemán y ruso, se erigió en autoridad ciudadana y gracias también a él y a su diplomacia no se perdieron vidas durante la represalia alemana contra los ciudadanos de Kolpachy, culpables de participar en el levantamiento nacional eslovaco de 1944. Gracias a su autoridad, el Padre Paulen consiguió que varios habitantes escaparan, y de hecho él mismo acogió y escondió a partisanos fugitivos en más de una ocasión.
Al terminar la guerra, permaneció en Kolpachy dos años más, desempeñando sus funciones de párroco y maestro, apoyando la reconstrucción de la capilla local, organizando misiones populares y preparando a los niños para la Confirmación - las últimas confirmaciones que se celebraron allí hasta 1993.
Mientras el Padre Paulen era destinado como párroco a Šenkvice, a finales de 1947, se instauraba el régimen comunista en el país. En el nuevo contexto que se había creado, intentó actuar con mayor compromiso apostólico: enseñó religión en las escuelas, renovó el instrumento de las misiones populares y los retiros para los feligreses, se preocupó de promover la edición religiosa y dedicó mucha energía a apoyar a los diversos grupos asociativos católicos de la parroquia.
Cuando su vicepárroco, el salesiano Padre Titus Zeman, empezó a organizar fugas clandestinas a Italia, dadas las restricciones impuestas a la formación sacerdotal, él también empezó a colaborar. Por este acto de amor, también él fue encarcelado, y después de casi tres años de privaciones y torturas, y sin un tratamiento adecuado, enfermó gravemente. Murió el 10 de abril de 1954, tras una larga agonía.
En las últimas horas de su vida susurró al Padre Zeman que había pensado varias veces en ingresar en los jesuitas, pero que, habiendo sufrido tanto en la cárcel con los salesianos, pedía ser admitido en su Congregación. Me gustaría morir como salesiano de Don Bosco y bajo la protección de María Auxiliadora", fue su petición.
El 11 de abril de 2023, el Arzobispo de Bratislava, Monseñor Stanislav Zvolensky, abrió la investigación diocesana sobre el proceso de Beatificación y Canonización del Siervo de Dios Alfonz Paulen.