A finales de enero de 2020, en plena pandemia y en plena emigración de ciudadanos venezolanos, los obispos de la frontera se habían reunido también en Cúcuta para hacer una radiografía de cómo evolucionaban ambos fenómenos en sus jurisdicciones eclesiásticas fronterizas y, sobre todo, entre los migrantes venezolanos, que sufrían terriblemente el cierre de la frontera colombo-venezolana en el paso oficial del Puente Internacional Simón Bolívar, entre San Cristóbal y Cúcuta.
Esta segunda experiencia ofreció días de encuentro y reflexión, pero, sobre todo, de escucha y contacto directo con los sufridos migrantes y con la acción de solidaridad fraterna que realizaron conjuntamente las Diócesis de San Cristóbal y Cúcuta.
En el comunicado enviado a la ANS, los obispos señalan:
Pasaron tres años y era necesario volver a Encontrarnos en clima de sinodalidad para Escucharnos, Hablar con libertad, Discernir en el Espíritu y Decidir. Y es lo que hemos hecho en estos días:
ENCONTRARNOS: Convocados y coordinados por el Dicasterio para el Servicio Humano Integral, nos reunimos los representantes de todas la jurisdicciones fronterizas, Obispos, sacerdotes y laicos.
HABLAR CON LIBERTAD Y ESCUCHARNOS: Fueron jornadas largas e intensas en las cuales nos sentimos enriquecidos con los testimonios y vivencias que se compartieron como expresión de la Caridad en la Frontera.
DISCERNIR: Las celebraciones eucarísticas nos permitieron agradecer todo el bien que estamos haciendo, ya que el Espíritu es el motor de nuestra misión, es el Espíritu el que nos mueve a hacer el bien.
La misma animación del personal del DSDHI nos ayudaba a descubrir la presencia de Dios en nuestra acción, pero, sobre todo, en el rostro y en la vida del migrante y explotado, del excluido y del necesitado. ¡Qué difícil hacer el Acto de Fe en la presencia de Jesús en el que sufre (Cfr. Mt. 25, 40)! Pero no hay otra forma de hacerlo si no es tocando las llagas del sufrido, enjugando el rostro del cansado, secando las lágrimas de la madre sufrida, ofreciendo un vaso de agua y una arepa, comprendiendo a la mujer amenazada, regalando una manta para el frío, ofreciendo un techo temporal, regalando sonrisas y tendiendo la mano, facilitando la documentación del migrante, consolando a los niños que lloran y quieren entender…
DECIDIR: Antes de despedirnos y volver a nuestras casas, dedicamos unas horas a concretar los compromisos en áreas como
La Comunicación: Entre nosotros (Creación de un grupo en Whatsapp), compartir frecuente de las experiencias que se realizan, compartir el manejo de las dificultades, compartir las instancias o agencias de ayuda, compartir la base de datos de cada jurisdicción… El Acompañamiento Espiritual de los agentes pastorales y los migrantes. No somos una simple ONG. “Sin apoyo espiritual el sufrimiento es mayor” La Formación de los agentes pastorales: Doctrina Social de la Iglesia; dimensión política de la Caridad, DDHH, Ecología Integral… Encuentros particulares, dos o tres al año, entre jurisdicciones cercanas o vecinas, para monitorear los compromisos y/o compartir vivencias. Atención al proceso de paz en Colombia y a la atención específica a las comunidades indígenas Apuntar a la creación de un Fondo Común de experiencias y capital para las iniciativas de emprendimiento.
No nos queda sino agradecer a PapáDios por la experiencia vivida. Igualmente, es justo el agradecimiento recíproco entre los participantes, ya que todos dimos los mejor de nosotros mismos, y nuestros destinatarios se pueden sentir orgullosos de sus pastores, ya que todos los hemos representado, con sus alegrías y sus lágrimas, con sus dolores y esperanzas, con sus ilusiones y frustraciones, con sus logros y deseos de superación… Todos podemos estar contentos porque renovamos la confianza en las palabras del Señor: No tengan miedo, yo he vencido al mundo ( Jn 16,33)…Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo (Mt 28,20). La presencia real del Resucitado anima nuestros corazones y alienta nuestro trabajo en la frontera.
