Interrumpiendo por un momento las preguntas de los periodistas, el Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede tomó el micrófono para cedérselo al Santo Padre. "El Papa quisiera compartir un pensamiento sobre la JMJ...".
"Quisiera decir una cosa sobre cómo he vivido la JMJ. Es la cuarta en la que participo. La primera fue en Río de Janeiro, que fue monumental, a la brasileira, ¡hermosa! La segunda en Cracovia, la tercera en Panamá, esta es la cuarta. Este es la más numerosa. Los datos reales dicen que hubo más de un millón. Más. De hecho en la Vigilia de la noche, ayer, se estimó que había un millón cuatrocientas o un millón seiscientas mil personas. Estas son las cifras del gobierno. La cantidad es impresionante. Bien preparada, ¡eh! De las que he visto, esta es la mejor preparada. Y los jóvenes son una sorpresa, los jóvenes son jóvenes... Hacen cosas de jóvenes, la vida es así, pero intentan mirar hacia delante y son el futuro. El tema es acompañarlos, el problema es saber acompañarlos y que no se desprendan de sus raíces. Por eso insisto tanto en el diálogo mayores-jóvenes, abuelos con nietos. Este diálogo es importante, más importante que el diálogo padres-hijos. Con los abuelos, porque allí echan sus raíces. Luego los jóvenes son religiosos, buscan una fe no hostil, no artificial, no legalista, un encuentro con Jesucristo. Y esto no es fácil. Dicen: 'Pero los jóvenes no siempre hacen la vida según la moral...'. ¿Quién de nosotros no ha cometido un error moral en su vida? Todos. Con los mandamientos o con alguien, cada uno de nosotros tiene sus propias caídas en su historia. La vida es así. Pero el Señor siempre nos espera porque es misericordioso y Padre, y la misericordia va más allá de todo. Para mí la JMJ fue hermosa, ¡antes de tomar el avión estuve con los voluntarios que eran 25.000! Una mística, un compromiso, que fue realmente bello, hermoso. Esto es lo que quería decir sobre la Jornada de la Juventud".
A raíz de otra pregunta, el Santo Padre abordó también el tema de la salud mental entre los jóvenes y el suicidio juvenil. "Hoy el suicidio juvenil es importante, el número es importante. Hay... Tantos jóvenes, angustiados, deprimidos, pero no solo psicológicamente... Luego, en algunos países que son muy muy exigentes en la universidad, los jóvenes que no pueden obtener un título o encontrar un trabajo se suicidan, porque sienten una vergüenza muy grande. No digo que sea algo cotidiano, pero es un problema. Es un problema actual".
Y siempre a propósito de la JMJ, el Pontífice contó también un diálogo que mantuvo con un joven sobre este mismo tema en Lisboa, dando prueba de lo importante que es escuchar en determinadas circunstancias: "Aquí estaba dialogando con jóvenes -no en confesión-, aproveché la ocasión para dialogar. Un joven simpático me dijo: '¿Puedo hacerte una pregunta? ¿Qué piensas del suicidio? No hablaba nuestro idioma, pero le entendí bien y empezamos a hablar del suicidio. Y al final me dijo: 'Gracias, porque el año pasado estaba indeciso si hacerlo o no'".
