El anuncio del Santo Padre se produjo después de recordar la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, prevista del 18 al 25 de enero próximo, y que tendrá como hilo conductor un pasaje tomado del profeta Isaías: “Aprended a hacer el bien, buscad la justicia” ( 1:17).
“Damos gracias al Señor que con fidelidad y paciencia guía a su pueblo hacia la plena comunión y pedimos al Espíritu Santo que nos ilumine y nos sostenga con sus dones”, dijo el Papa desde la ventana del Palacio Apostólico.
Acto seguido, anunció esta iniciativa de oración ecuménica por el Sínodo: “El camino de la unidad de los cristianos y el camino de la conversión sinodal de la Iglesia están vinculados. Aprovecho, pues, para anunciar que el sábado 30 de septiembre tendrá lugar en la plaza de San Pedro una vigilia ecuménica de oración, en la que encomendaremos a Dios los trabajos de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. Para los jóvenes que vendrán a la Vigilia habrá un programa especial a lo largo de ese fin de semana, organizado por la Comunidad de Taizé. Desde ahora invito a los hermanos y hermanas de todas las denominaciones cristianas a participar en este encuentro del Pueblo de Dios".
La próxima XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos se realizará en dos sesiones, con un año de distancia entre ellas: la primera del 4 al 29 de octubre de 2023, la segunda en octubre de 2024, el desarrollo con un año de distancia está contemplado por la Constitución Apostólica Episcopalis Communio.
Como ha reiterado el Papa Francisco, el Sínodo no es un acontecimiento, sino un proceso, en el que todo el Pueblo de Dios está llamado a caminar unido hacia lo que el Espíritu Santo le ayude a discernir como voluntad del Señor para su Iglesia.
Por tanto -y más aún en el caso de un Sínodo sobre la sinodalidad, como en este caso- es necesario que la voluntad de recorrer juntos el camino venga de toda la Iglesia, apoyando con la oración, el discernimiento de los que constituyen actualmente la Asamblea Sinodal, con el fin de favorecer una reflexión más madura para el mayor bien de la Iglesia.