Casi inmediatamente representantes de las diversas congregaciones de la Familia Salesiana dialogaron con el Rector Mayor. Don Ángel fue respondiendo a las inquietudes de sus nuevos y bulliciosos amigos. “Ustedes son únicos, valiosos, protagonistas; no renuncien a sus sueños; no pierdan la alegría salesiana”, les dijo.
Les confesó que él también soñaba en un futuro más hermoso para El Salvador. Para ello hay que creer en la paz y en la honestidad. La extorsión es un camino sin retorno. Se construye la paz con la manera de vivir. Sobre la misericordia, les indicó a los jóvenes que, para ser misericordiosos, antes deben experimentar la ternura de Dios. Los invitó a transmitir la alegría salesiana a los jóvenes con problemas, teniendo en cuenta que la alegría nace de dentro, de la vivencia de los valores.
Los diversos colegios presentes escenificaron bailes típicos de calidad. El Rector Mayor les expresó estar profundamente impresionado por el afecto, la sencillez, la calidez y el ambiente sereno. Los animó a celebrar la vida.Se despidió de ellos afirmando que los llevaba en el corazón.
A continuación, Don Ángel se reunió con los numerosos salesianos que trabajan en El Salvador. En ambiente de familia los animó a crecer en la identidad y misión salesianas, previniendo sobre posibles escollos.
Finalmente, al anochecer asistió a una espectacular interpretación artística del sueño misionero de Don Bosco cuando “voló” desde Turín a Argentina, India, China y Japón, previendo los lugares a donde irían sus salesianos misioneros. Los alumnos del Instituto Técnico Ricaldone tuvieron la osadía de asimilar artísticamente la música, las danzas y el vestuario de cada una de esas regiones.