El objetivo del encuentro es la evaluación de la presencia salesiana en un contexto religioso y social mayoritariamente islámico, ver cómo actúan los salesianos en la educación y qué estilo de evangelización llevan a cabo, conocer la historia de la persecución comunista, la vitalidad de la comunidad cristiana y los desafíos que enfrenta.
Muy interesantes fueron los encuentros con algunos neófitos en Kosovo, que contaron los motivos de su conversión, la alegría de haber sido bautizados en edad adulta, la riqueza de la vida cristiana en un territorio de mayoría musulmana.
El de la comunidad salesiana de Gjilan realmente es un reto, porque trabajan cuatro salesianos en un colegio con 350 alumnos, en una ciudad donde todos los católicos son 18.
El Director, padre Beldar Huba, comentó la obra de educación y de testimonio heroico que ofrecen los salesianos a los jóvenes. Ante un prejuicio inicial de ir a la escuela de “esos de la cruz”, las perplejidades iniciales se superan a través de la cercanía, la seriedad didáctica, el cariño y la presencia entre los jóvenes.
“Nos dimos cuenta de un hermoso clima relacional entre los salesianos y los jóvenes, así como de la alegría que traía nuestra presencia entre ellos, lo que se notaba en sus ojos y al acercarse a nosotros, salesianos que veníamos de otro país”, comentó el padre Francesco Marcoccio, Vicario de la CCI.
Ahora el equipo salesiano prosigue su viaje a Shkodra, donde, además de la visita a la comunidad salesiana, se espera el testimonio de algunos cristianos que sufrieron la persecución durante el régimen comunista de Enver Hoxha.
El clima de alegría y fraternidad, la profundidad espiritual en las celebraciones, el compartir y la belleza de las realidades visitadas están volviendo única y formativa esta experiencia de los salesianos coadjutores y de estos sacerdotes del quinquenio.