El Rector Mayor fue recibido por una doble hilera de jóvenes ataviados con atuendos típicos quienes, desafiando la lluvia, acogieron con entusiasmo delirante. Se abrió el evento con una ágil presentación artística de un grupo coreográfico.
El Rector Mayor abrir un diálogo con los jóvenes. Pequeños, medianos y grandes plantearon inquietudes salesianas como el arte de descubrir los signos de una santidad juvenil, recursos para que los salesianos, la devoción a María Auxiliadora, y otras más.
Toda obra salesiana, concluyó el Rector Mayor, debe conducir al joven a enamorarse de Jesús y a descubrir a María como madre de cada uno.
La tanda de preguntas se cerró con una sorpresa: un enorme pastel y uno grupo de mariachis para celebrar el cumpleaños del P. Á. F. Artime.
En el encuentro con la familia Salesiana y sobre todo con los jóvenes, el Rector Mayor les regalo tesoros de palabras resumidas en diez frases:
“La vida hay que donarla para ser feliz” "Mi trabajo es acompañar a los salesianos del mundo para que se sigan cumpliendo su sueño" "Donde hay jóvenes, el corazón salesiano se siente muy bien” "Me hice salesiano porque me gustó lo que viví con ellos cuando era alumno" "Cuando he visto a una joven destrozar su vida, aun advirtiéndole, mi corazón ha sufrido" "Es increíblemente bello ayudar a los jóvenes a salir de sus problemas" "El Señor trabaja en los jóvenes como en una obra de arte donde cada quien encuentra su lugar" "Queridos educadores: Los jóvenes tienen que sentir que les queremos" "Los jóvenes deben ser felices” “Toda obra salesiana debe conducir al joven a enamorarse de Jesús y a descubrir a María como madre de cada uno”
