El centro, dirigido por el salesiano etíope Yohannes Menghistu, ofrece programas de prevención y rehabilitación para niños de la calle, o mejor aún, como dice el subtítulo de la apertura de la página principal del sitio: “un lugar donde los niños de la calle tienen la oportunidad de desarrollar una vida nueva y mejor".
En el centro, los salesianos proporcionan comida, abrigo, vestido y todas las necesidades básicas a un centenar de jóvenes cada día.
El primer paso para los muchachos que ingresan al programa de asistencia es el proyecto “Ven y mira”. En su etapa más vulnerable, estos niños tienen un nivel de confianza muy bajo y desconfían de los demás. Por eso, después de que el ecónomo del centro, padre Angelo Regazzo, misionero salesiano en Etiopía desde hace décadas, los encuentra todos los días y los va a buscar en su minibús por las calles de Addis Abeba, la propuesta inicial es solo comenzar un camino de acercamiento en el que los niños van conociendo a los salesianos y voluntarios , así como las diversas actividades, mientras poco a poco se abre para ellos un mundo completamente nuevo que les ofrece la posibilidad de una vida nueva y mejor.
Además, el camino “Ven y verás” se mueve en dos líneas: por un lado, el coaching académico y de vida, dirigido a mejorar los conocimientos académicos básicos y utilizar el sistema preventivo para mejorar el comportamiento. Esta fase del programa implica enseñar buena higiene, diversas prácticas diarias y habilidades sociales.
Por otro lado, se les acompaña con jornadas de educación agrícola, que con un enfoque práctico ofrecen a los niños de la calle la oportunidad de trabajar en la tierra que conocen y aprender las bases de la agricultura y el cuidado de los animales. Y si bien estas actividades los mantienen a todos ocupados, también mejora el bienestar y autoestima de ellos.
Posteriormente, quienes han comenzado a apreciar la perspectiva de la educación salesiana, pueden pasar a formar parte del programa institucional de atención a la niñez. Esta prevé la ayuda de diversos profesionales y trabajadores sociales que luego de un período de orientación se les ofrece a los niños -según las necesidades- enseñanzas escolares formales o educación informal.
Pero también bienvenida, rehabilitación, asistencia psicológica, exámenes médicos, acercamiento familiar, e incluso la reintegración familiar -cuando sea posible- o social, con un acompañamiento que continúa incluso después de la salida del joven de los programas del centro.
El corazón de "Don Bosco Children" es su Centro de Formación Profesional, que con sus diversas direcciones -automotriz, instalación eléctrica, metalmecánica, marroquinería, sursos de hostelería, carpintería y recientemente también sastrería - lanza a jóvenes recuperados hacia un futuro con competencias profesionales, trabajo decente, afirmación humana y social.
En Don Bosco Children nada se deja al azar y todo se utiliza para mejorar la calidad de la oferta a favor de los niños de la calle. Basta poner un ejemplo: hasta los excrementos de los animales de granja se hacen fructificar con un proyecto de recuperación de biogás, que junto a otro proyecto de energía sostenible mediante fotovoltaico, permite a la comunidad ahorrar recursos para invertirlos en educación, salud, formación profesional y proyectos de desarrollo a favor de los "buenos traviesos" como solía llamarlos don Regazzo.
Todo esto y mucho más se puede encontrar y aprender visitando el nuevo sitio: https://boscochildren.com