Estos 150 jóvenes fueron seleccionados en base a criterios desarrollados por la escuela precisamente para beneficiar a niños y niñas que de otra manera tendrían menos oportunidades: de hecho, hay estudiantes que han sido directamente afectados por los ataques de las bandas criminales armadas, niñas que quedaron a punto casarse forzosamente, huérfanos o menores de edad muy pobres, así como jóvenes que antes no habían recibido ninguna educación formal pero quienes dijeron estar dispuestos a aprender un oficio.
Lydia, una de las niñas becadas, la mayor de siete hermanos. Su padre murió hace tres años y el año pasado también perdió a su madre. Lydia se queda a cargo de sus hermanos, pero no puede pagar los gastos para enviarlos a la escuela. Si continúa estudiando ahora es para poder ayudar a sus hermanos y hermanas menores.
Markus, que perdió a su madre hace unos años, ayuda a mantener a su familia. Debido a un ataque de bandas criminales armadas, ellos no pudieron trabajar la tierra de su finca este año. Hoy estudia para tener la oportunidad de ganarse la vida.
Sabastine es una estudiante brillante, pero estuvo a punto de interrumpir sus estudios porque su familia no podía mantenerla económicamente. La beca le permitió participar en el programa de desarrollo de habilidades.
Una vez que los estudiantes terminen su formación, no estarán solos: el centro cuenta con una oficina de colocación laboral que les ayudará a tomar buenas decisiones profesionales. Los estudiantes desarrollarán un plan, recibirán asistencia para solicitar entrevistas de trabajo y pedidos, y luego ingresarán al mundo laboral. Pero la oficina de colocación no terminará su trabajo ni siquiera en ese punto: al contrario, hará un seguimiento de sus progresos y les ayudará a crecer más.
“Los Centros de Formación Profesional Salesianos ayudan a los jóvenes a adquirir las competencias necesarias para el empleo. Ofrecer estas becas permiten a los jóvenes pobres y desafortunados asistir a la escuela, para después encontrar un trabajo estable y a largo plazo, lo que a su vez, ayudará a sus familias y comunidades", comentó el padre Gus Baek, Jefe de la Procura Misionera salesiana de New Rochelle.
Los salesianos llegaron a Koko en 2014 y comenzaron a desarrollar programas pastorales para la población. A estas siguieron varias otras actividades e iniciativas, entre ellas el Centro de Formación Profesional "Don Bosco", inaugurado en octubre del año pasado, que ofrece cursos de seis meses en cuatro especializaciones, que incluyen edificación, instalaciones eléctricas, moda y diseño e informática.