Mons. Girelli y del P. Davis Maniparamben, Inspector INN, y las demás autoridades invitadas, al encender la lámpara del jubileo, dieron inicio a los actos de celebración.
Posteriormente, en el transcurso de la homilía, el Nuncio compartió con la asamblea algunas reflexiones sobre la figura bíblica del Pastor, imagen común del Antiguo Testamento, aplicada principalmente al mismo Dios, pero que se refieren también a algunas personalidades elegidas para tareas específicas.
En la invitación de la Palabra de Dios para ser pastores, Mons. Girelli incluyó a Don Bosco, padre, maestro y amigo de los jóvenes. Y recordó con placer su experiencia cuando era un joven sacerdote en Bérgamo, trabajando al servicio de los jóvenes a través de los oratorios, popularizados en el norte de Italia por el Fundador de los Salesianos. “El oratorio es un espacio, pero también un método”, concluyó.
Por eso, en su mensaje final, Mons. Girelli exhortó a los salesianos a ser fieles a Don Bosco. “Tengan un amor apasionado por los jóvenes, por la Iglesia y por las misiones donde la gente espera el Evangelio”, dijo. Y con estas tres consideraciones ofrecidas para el futuro de la Inspectoría, impartió la Bendición Apostólica del Santo Padre Francisco.
La celebración incluyó también un momento para saludarse compartiendo buenos deseos. En primer lugar intervinieron los Superiores eméritos del INN: padre Mathai Velappallil (Delegado), y los sacerdotes Joseph Kezhakkekara, Charles Lobo, Michael Peedikayil y Jose Mathew, quienes recordaron con agradecimiento sus experiencias al frente de la Inspectoría. A ellos se les entregó un recuerdo por el 25 aniversario de INN, que les fue entregado por el padre Maniparamben.
Luego, a través de un mensaje grabado, el Rector Mayor, padre Ángel Fernández Artime, invitó a los salesianos de la Inspectoría a “vivir fascinados cada vez más por el Señor Jesús y a permanecer siempre entre los jóvenes, especialmente entre los más pobres”. Mientras, en un segundo videomensaje, el padre Biju Michael, Consejero para la Región “Asia del Sur”, dijo: “¡Suenen las trompetas de la gratitud por estos 25 años de bendiciones! Y permanezcan siempre firmes en el amor a Don Bosco y a la misión”.
Por último, habló el padre Maniparamben, subrayando que en el centro de este aniversario no están los resultados alcanzados por los hombres, sino una celebración agradecida de la llamada gratuita de Dios y su constante acompañamiento en la vida y ministerio de los salesianos. Tras dar cuenta del itineriario de la Inspectoría, observó: “Hemos recorrido un camino y tantos kilómetros, con fe, entusiasmo, buena voluntad, trabajo, sacrificios, iniciativas y creatividad, con el Señor y para el Señor; para los jóvenes y con los jóvenes. Y seguiremos 'ADELANTE JUNTOS' como hijos fieles de Don Bosco, y con María Auxiliadora a nuestro lado”.
El Inspector recordó, por tanto, la necesidad de ser siempre vivaces y de abrir nuevas fronteras para educar, evangelizar y responsabilizar a los jóvenes y en particular -como indica el espíritu salesiano- a los más pobres y necesitados.