El Consejo General de las FMA, reunido para la primera plenaria, dio la bienvenida al Rector Mayor, padre Ángel Fernández Artime y al Consejo General de los Salesianos de Don Bosco, para una velada de fraternidad sencilla y alegre, fundada en el carisma salesiano.
En su saludo, la Madre General de las Hijas de María Auxiliadora, Madre Chiara Cazzuola, agradeciendo a los salesianos esta visita que se da al final de la plenaria de invierno de ellas, subrayó que si bien es un encuentro breve sirve para conocerse, "para para no perdernos de vista, para mantener vivas las ganas de colaboración”. El Consejo SDB trabaja en conjunto desde hace cerca de dos años, “mientras que el nuestro -continúa la Madre Clara- acaba de constituirse y comienza su reflexión con vistas al discernimiento de las nuevas Inspectoras y a la planificación del sexenio”.
Durante la celebración eucarística, recordando la vida de las dos Congregaciones que siguen yendo adelante, a pesar de que están viviendo "situaciones nunca imaginadas", el Rector Mayor afirmó: "Se espera que podamos pensar y ofrecer todo lo posible para este presente que debemos vivir. Estamos llamados a dar lo mejor de nosotros mismos, a poner todas nuestras energías, capacidades, sabiduría, en la paz, esa paz que es fruto de la presencia de Dios. Nos une la voluntad de compartir, de colaborar y de comunión. La Palabra escuchada en esta memoria litúrgica de los santos Timoteo y Tito es una invitación a vivir el ministerio y el servicio que hemos recibido, sin avergonzarnos jamás del Señor Jesús, es pedir la gracia de tener la fuerza para dar testimonio de Jesús, para evangelizar, para ayudar a los jóvenes a vivir su fe cristiana, dando ante todo testimonio con nuestra vida”.
A la homilía le siguió un momento de silencio y oraciones espontáneas: se dio voz a todas las necesidades de la Iglesia, del mundo, de las Inspectorías, de la misión educativa, de los jóvenes.
Al final de la Eucaristía, siguieron las tradicionales “Buenas Noches”: el Rector Mayor expresó una vez más la convicción de que la comunión es un gran valor, un signo para todos y que es más eficaz ir despacio en el propio camino institucional, pero juntos. Es importante mantener viva y salvaguardar la comunión y vínculo de las Comunidades y de las Inspectorías con la Madre, el Rector Mayor y los Consejos. Así como la comunión de las Congregaciones que está enraizada en el único Carisma suscitado por Don Bosco, de la que ambas son expresión. Finalmente, el padre Ángel Fernández Artime pidió a las FMA que no se olviden, como mujeres, de la atención específica y del cuidado particular a las niñas, jóvenes y mujeres, especialmente las más desfavorecidas.
La velada continuó con una cena preparada con cuidado y servida con elegancia por la Comunidad de la Casa Generalicia: es el momento de la convivencia, del conocimiento y del mutuo agradecimiento. El padre Gildasio Mendes, Concejal de Comunicación Social, interpretó un canto dedicado a Madre Mazzarello compuesto por él: Mornese y la pasión por Dios y por los jóvenes son los aspectos en los que se centra el texto.
Los dos Consejos se despidieron con la presentación recíproca, el intercambio de regalos y el agradecimiento de la Madre General por la cercanía y fraternidad de los salesianos hacia las Hijas de María Auxiliadora. El Rector Mayor también agradeció la velada y les deseó un trabajo fructífero por el bien del Instituto y de los jóvenes.
Fuente: CGFMA.net
