Posiblemente Don Bosco sea el santo más fotografiado de la Iglesia de su tiempo. Una colección completa de fotos (y pinturas) de Don Bosco ha sido reunida por Giuseppe Soldà. En esta labor con preciso rigor metodológico, ofrece una presentación de las fotos de Don Bosco, algunas de ella vinculadas a los lugares donde estuvo; los encuentros con personas, grupos de salesianos; y fotografías organizadas por etapas cronológicas de su vida .
Observando la variedad y calidad única de estas fotos de Don Bosco, en diferentes situaciones y con personas de diversas edades, notamos algunos aspectos de su noción de comunicación visual .
En primer lugar, notamos la intención de Don Bosco de organizar y registrar personas, situaciones, tiempos que puedan ser referencias futuras para los salesianos. Cada foto es una exposición de experiencias y lecciones de vida, con el objetivo de convertirse en un libro vivo de recuerdos para las generaciones futuras. ¡La fotografía es memoria y al mismo tiempo un mensaje!
Una fotografía es expresión de intenciones y motivaciones. Para Don Bosco y para los primeros salesianos las primeras fotografías poseen un lenguaje y un mensaje. De hecho, no eran "instantáneas", como podríamos hacerlas hoy, sino que fueron concebidas deliberadamente.
La dimensión que don Bosco da a las fotos demuestra el sentido de pertenencia de los salesianos. Centrémonos en algunas actividades organizadas (por ejemplo, la banda de músicos), el deseo de inmortalizar la fidelidad de los salesianos (entregando las Constituciones). Posteriormente se encuentran las fotos de Don Bosco confesando, rezando frente a una estatua de la Virgen. No hay duda de que las fotos revelan a Don Bosco, sus sentimientos, sus intenciones latentes.
Don Bosco sabía definitivamente cómo encuadrar y componer sus fotos:
La fotografía siempre se crea a través de las dimensiones espaciales que delimita con el encuadre de la imagen, sobre todo, la dimensión que queremos dar a la fotografía influye en la composición de las escenas.
Tomar fotografías y ser fotografiado, por lo tanto, implica una actitud psicológica. La fotografía es una forma de expresar sentimientos de amistad, lazos emocionales profundos, sentido de futuro y pertenencia.
Don Bosco quiso ser fotografiado en diferentes momentos de su vida y en diversas situaciones. Está claro que no pensaba solo en sí mismo, sino en sus salesianos, sus hijos, sus proyectos, la Congregación Salesiana que había fundado. Al hacerlo, también expresó sus percepciones y su interés por comunicar valores y recuerdos de una manera decididamente moderna para su época.
La escritura era la forma más común de comunicar en la época de Don Bosco y de hecho, escribió mucho. Pero su afición por la fotografía insinuaba un deseo por algo moderno, algo que pudiera tener un mayor impacto visual en los espectadores por el bien del mensaje.
También es interesante cómo, desde su infancia, Don Bosco estuvo muy involucrado con la música, los sonidos, los ritmos. Habiendo aprendido a tocar al menos un instrumento (el violín), conocía el poder que tiene el sonido para tocar los corazones y las percepciones de las personas.
Como escritor, Don Bosco usó el poder de las palabras para instruir y educar a su pueblo: a través de las Lecturas Católicas, de las biografías de algunos de sus alumnos, de la cantidad de cartas y de la inmensidad de libros de texto y otros escritos. Podemos señalar también que una de las pasiones era enseñar a sus hijos cómo producir libros, él fue un maestro de la comunicación a través de la palabra escrita.
Volviendo al tema de la fotografía, podemos imaginar a Don Bosco intentando actualizar constantemente su forma de comunicar. Seguramente, quiso usar la fotografía para educar a sus salesianos a tener una mejor percepción de lo que Dios había hecho por él, por los jóvenes y por su incipiente congregación. Su único fin era abrir cada vez más los ojos de la gente a la realidad de los jóvenes que necesitaban amor y educación.
La experiencia de la fotografía puede ser vista como un abrir los ojos para ignorar menos la vida en la que vivimos, porque la fotografía nos ayuda a concentrarnos sobre lo que sucede entorno nuestro, obligándonos y enseñándonos a tener mayor atención .
La comunicación se basa en gran medida en palabras, sonidos e imágenes. Este trío fue y sigue siendo la base de la comunicación, tanto digital como virtual. Esto explica por qué nos gusta ver películas, escuchar música y leer. Es justo decir que la digitalización ha supuesto una gran revolución en la comunicación y seguirá haciéndolo. Los humanos somos muy proclives a los mensajes visuales y sonoros porque tienen que ver con dos fuertes sentidos: el oído y la vista. El sonido y las imágenes tienen el poder de tocarnos profundamente y permanecer con nosotros, a veces para siempre.
Debemos agradecer la intuición de Don Bosco por la fotografía, Una gratitud a los Salesianos, a la Congregación Salesiana que ha heredado importantes recuerdos visuales y momentos especiales de este gran comunicador.
Explorando en profundidad estas imágenes percibimos algo de su personalidad, de su espiritualidad, de sus sentimientos, de sus valores y de su santidad. ¡Una imagen realmente vale más que mil palabras! Por eso, los grandes comunicadores como Don Bosco supieron utilizarlos en el momento y en el lugar oportuno.