Benedicto, ¿qué te hace sentir que esta CASA sea para los jóvenes, para ti y para tus compañeros prenovicios un hogar?
La primera recepción, cálida y alegre, fue una invitación a sentirse como en casa desde el primer día; luego, los meses siguientes han reforzado este sentimiento, sobre todo porque aquí vivimos juntos todo el tiempo, todos los días, lo que muchas veces no es posible en nuestras familias.
La vivacidad y alegría de los muchachos es otro signo claro de que aquí en el Don Bosco, se sienten verdaderamente como en casa. Otro signo de pertenencia a este hogar es el gran cuidado que tienen por lo que se les ha confiado, como los equipos deportivos o musicales, tratándolos como si fueran objetos personales.
Ustedes los prenovicios son muy activos en la misión de esta comunidad. ¿Qué tipo de ayuda dan?
Dedicamos diferentes momentos del día y de la semana para estar con los niños, ayudándoles durante las comidas o por la noche y también en el deporte y la música, áreas en las que además nos formamos y de las que a su vez nos convertimos en educadores, a través de la orientación. Así mismo, les apoyamos y orientamos en los distintos quehaceres y trabajos manuales gracias a los cuales la casa funciona, como sucede en todos los hogares.
Pero la ayuda que nosotros los prenovicios recibimos por parte de los chicos no es menos importante. Estar con ellos nos facilita a mejorar nuestras habilidades en diferentes áreas. Algunos además de ser muy hábiles, también tienen un buen corazón y son ejemplares en muchos sentidos. Veo a Jesús en estos chicos. Cuando participan en los momentos de oración puedo sentir cuán sincera es su oración, volviéndose un buen ejemplo y una ayuda para mi crecimiento.
¿Cuál es su deseo para todos los que viven juntos en esta casa, niños y prenovicios?
Para los chicos, mi deseo y mi oración es que en el futuro sigan cultivando esos valores que ven y ya practican aquí. Que se recuerden de esta casa y si lo hacen, vuelvan para apoyar a este hogar que es de ellos. Entre los católicos espero que algunos incluso opten por elegir la vida salesiana como vocación: habiendo pasado por muchas dificultades y privaciones y gracias a la rehabilitación vivida aquí, estarán en buena posición como salesianos para ayudar a otros niños que sufren como ellos.
Para nosotros los prenovicios, mi deseo y mi oración es que seamos todos salesianos, con el mismo espíritu de familia y colaboración que estamos viviendo ahora entre nosotros y con nuestros hermanos, profesores, laicos voluntarios, jóvenes y niños.
Actualmente, la Región de África y Madagascar es la primera entre las 7 Regiones salesianas en términos de número de novicios: 155 en el año 2019/20 (seguido por Asia del Sur - 126), y las tendencias de crecimiento prevén un incremento en los próximos años. África salesiana tiene un enorme potencial que es a su vez una gigantesca responsabilidad formativa: la de ayudar a los jóvenes a ser verdaderamente salesianos EN CASA con los niños y jóvenes más necesitados, y plenamente EN CASA, con el corazón de Don Bosco.