El Capítulo General se vivió escuchando las llamadas de Dios que en el hoy de la historia, prepara para vivir el futuro con las jóvenes. Todo el trabajo del CG XXIV encuentra ahora su síntesis en el Documento Capitular titulado: “Con María, ser una presencia que genera vida”.
En la mañana del domingo, la Madre General pronunció su discurso de clausura, en el que entre otras cosas dijo: “Siento la necesidad de expresar mi gratitud al Señor por la abundancia de gracia de la que hemos sido objeto en este tiempo capitular. (...) Como comunidad generadora iluminada por la presencia de María, nos hemos centrado en tres opciones significativas: estar en formación continua, caminar en sinodalidad, trabajar en red con miras a la ecología integral. Tres acciones cuyo hilo conductor es la calidad de la presencia, o sea nuestro 'estar allí' como personas y como comunidad en el corazón de lo contemporáneo. Por eso estamos llamadas a vivir la vida como vocación y a redescubrir el carisma salesiano en todo su dinamismo apostólico y misionero”.
“El CG XXIV -continuó la Madre General- será fructífero para el bien de todo el Instituto si somos mediadoras efectivas de comunicación y dispensadoras de esta profunda experiencia que hemos probado y celebrado juntas. Por tanto, es hora de bajar de Caná a Cafarnaum, no en soledad, sino con Jesús y María para compartir la vida y la misión junto a los jóvenes y los laicos, para dejar respirar a Dios en nuestra existencia y afrontar con valentía los desafíos que encontraremos. Nos encomendamos a María para que nos ayude a ser mujeres que sepan llevar el vino nuevo de la esperanza a esta nuestra historia marcada por tantos sufrimientos y fatigas, pero bendecida por la dulce Providencia del Padre”.
Al final de la mañana, el padre Ángel Fernández Artime, X Sucesor de Don Bosco, presidió la solemne Eucaristía de clausura del CG XXIV. En la introducción se recordó a través de signos y gestos, la historia de las Bodas de Caná, ícono que acompañó el evento capitular desde su preparación y que ahora sigue siendo un hilo conductor del Documento Capitular.
Luego, en su homilía, el Rector Mayor, dirigiéndose a las capitulares, expresó: “Habéis vivido un tiempo abundante de Espíritu Santo y de Gracia, un enriquecimiento personal, de profundas convicciones que ahora se convierte en un compromiso de todos para compartir y testimoniar. Al ser fieles al carisma salesiano estáis llamadas a ser vida para muchos, luz en la misión entre los más pobres, caricia de Dios para los más lejanos y necesitados de humanidad y de cercanía. El Capítulo comienza ahora, seguiremos caminando juntos colaborando con la creatividad del Espíritu Santo en la misión educativa salesiana”.
Con la Eucaristía, las palabras finales de la Madre General y las tareas del Secretariado, se concluyó el XXIV Capítulo General.