En un mes no se ha despegado del teléfono móvil que le ha regalado un donante. Graba todo “para enseñárselo a los niños de la calle y contarles todo cuando vuelva”, asegura Chennor. Recopila auriculares de los trenes para regalárselos, y por las noches llama a su familia y también a los jóvenes que, como él, trabajan en Don Bosco Fambul en la capital de Sierra Leona. Pura generosidad y bondad, siempre dando las gracias.
Al misionero salesiano Jorge Crisafulli le conmovió tanto su historia y su transformación gracias a Don Bosco que le ofreció trabajar con los Salesianos. Chennor aceptó el trabajo y le siguió sorprendiendo: le entregó su primer sueldo para salvar a un menor que conoció en la cárcel y que tenía una hernia que había que operar.
En las presentaciones de nuestra campaña Inocencia entre rejas con el documental Libertad Chennor responde con naturalidad a todas las preguntas, por difíciles y duras que puedan parecer. Su testimonio ha puesto en pie en numerosas ocasiones a los auditorios aplaudiéndole. Chennor ha pasado 17 años de su vida en la calle y ocho en distintas prisiones de Sierra Leona. En una de ellas, y aún siendo menor, sufrió abusos sexuales en reiteradas ocasiones, y alguna incluso de manera consentida a cambio de comida.
“Pensaba que iba a morir en la cárcel porque a mi alrededor morían menores como yo… pero Don Bosco me salvó la vida y me cambió para siempre. Le debo todo a Don Bosco y siempre voy a estar a su lado trabajando para que ningún menor de la calle acabe como yo y rescatando a los que están en prisión”, asegura siempre con una sonrisa.
El primer día que entró en prisión como trabajador de Don Bosco visitó a su abusador y le llevó comida, agua y jabón. Le obligó a mirarle a la cara y le dijo que lo perdonaba, pero jamás lo volviera a hacer. “Hablar de mi situación, asumirlo como parte de mi vida, perdonar a mi abusador y contarlo me ha ayudado a ser como soy ahora”, explica con naturalidad.
Gracias a la invitación de la Procura Salesiana en Turín, Chennor ha conocido Valdocco, la Basílica de María Auxiliadora, el Colle Don Bosco… “He rezado ante Don Bosco y ante Domingo Savio por todos los niños que atiende Don Bosco Fambul en Sierra Leona. Estoy muy agradecido por este viaje y porque Dios y Don Bosco me hayan permitido cambiar mi vida. Ahora mi sueño es volver con mi familia y trabajar siempre por los niños de la calle y por los que están en prisión”.
Chennor, el mejor guardaespaldas de los misioneros salesianos de Freetown cuando salen por las noches a rescatar a menores en situación de calle y a niñas en situación de prostitución, seguirá siendo inspiración para cientos de niños y niñas con su trabajo. “Cuando Augusta regresó de su viaje de Turín todo lo que contó de Don Bosco ayudó a muchas niñas a cumplir su sueño. Ella, por desgracia, murió, pero sigue haciendo el bien desde el Cielo y yo quiero ser como ella y ayudar a los menores en Don Bosco Fambul”, asegura el joven protagonista del documental Libertad.