Mientras tanto, en las obras capitulares la Palabra de Dios sigue siendo el corazón de cada día: los dichos y acciones que inspiran los invitados a las Bodas de Caná son luz en la búsqueda común y en el discernimiento de las decisiones y respuestas diarias de la vida y la fe, en el corazón de la contemporaneidad.
Tras dedicar varios días al Primer Núcleo del Instrumento de Trabajo, titulado: "Comunidades Vocacionales: Un Sí que se renueva con el tiempo", esta semana los capitulares comenzaron a estudiar y reflexionar sobre el Segundo de los tres Núcleos, dedicado al tema: “Comunidades sinodales. 'Estilo sinodal como en Mornese' "(Jn 2,3-10).
El trabajo de introducción del tema estuvo fue guiado por la hermana Martha Riccioli, Inspectora de la Inspectoría Argentina "San Francesco Xavier" (ABB), quien, después de haber recorrido en el texto bíblico la dinámica de las acciones de María y Jesús, invitó a las Capitulares a “construir comunidades inclusivas, entretejidas con relaciones intergeneracionales, interculturales e incluso intercongregacionales. Estas relaciones en su diversidad son una oportunidad preciosa para practicar la pedagogía de acoger y escuchar, que favorece poner el valor de lo diferente siempre como riqueza”.
La religiosa se centró luego en la actitud de María en Caná, destacando la proximidad y la cercanía. “María promueve las relaciones amorosas a través del contacto y el diálogo, suscita la vida en cuanto solidaria y de interdependencia; genera un ambiente de interacción, de comunicación; su palabra abierta al diálogo es el comienzo y la invitación a cambiar la situación. Asegura que todos los personajes interactúan en una red de vínculos, lo que genera un ambiente sereno y alegre que se puede respirar y disfrutar. Maín, en Mornese, genera este peculiar espíritu de familia, que se convierte en paradigma, modelo y 'nuevo estilo de vida', capaz de incluir a todos los miembros de la comunidad”.
Luego de un período de estudio personal, la reflexión sobre cada núcleo temático -a nivel personal y en oración- se comparte en las comisiones y subcomisiones, dejándose guiar por los tres pasos del discernimiento comunitario: Reconocer, Interpretar, Elegir.
En las comisiones y subcomisiones se vive la experiencia de compartir, escuchar y dialogar constructivamente, pensar juntos y discernir.
Luego, en el momento de la asamblea, se presentan las síntesis de los trabajos, seguidos del diálogo para profundizar y el intercambio de experiencias encaminadas a fortalecer el sentimiento de ser una comunidad sinodal en movimiento.
Fuente: CGFMA.net