En la actualidad, la cifra de personas desplazadas en todo el mundo asciende a 80 millones. Más allá de los datos están las personas y las historias de vida que las han llevado a huir de sus países. Además de las situaciones de violencia y las graves violaciones de sus derechos fundamentales que les mueven a buscar refugio lejos de sus lugares de origen, allí donde solicitan protección sienten el rechazo, la incomprensión y están sometidas a la mentira fabricada por intereses creados y el desconocimiento.
Por ello, este año las Plataformas Sociales Salesianas animan a convertirnos en el primer refugio de las personas que llegan a España buscando protección. Con un mensaje claro: “Mi voz no difunde mentiras ni bulos, no comparte prejuicios ni se suma a los discursos xenófobos. Mi voz también es refugio”. Además de combatir informaciones falsas, es necesario dar un paso más y contribuir en la construcción de un discurso fraterno que desmonte las falsas informaciones y ponga, por encima de todo argumento la vida y los derechos humanos, así como el valor y los beneficios sociales y económicos que aporta la población migrante.
En 2020 en España, la cifra de solicitantes de asilo ascendió a 88.762 personas. Un mumero inferior de 25% al de 2019, como consecuencia del cierre de fronteras a causa de la pandemia, y no porque haya habido mejoras en los países de donde proceden. En el caso de España, según datos de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), por nacionalidades son mayoritariamente de Venezuela, Colombia, Honduras y Perú, seguidas de Nicaragua, El Salvador, Malí, Cuba, Ucrania y Marruecos.
En un año más solo el 5% de las solicitudes se han resuelto favorablemente, una de cada 20: de 114.919 solo fueron aprobadas 5.758. Como indica CEAR, “el índice de reconocimiento del asilo en España sigue muy alejado del 33% de media europea”.
Dificultades en los procesos de inclusión
Actualmente, el primer gran escollo cuando llegan a España son los plazos de resolución cuando se solicita protección y asilo. Si bien en 2020 España resolvió la cifra más alta de peticiones de asilo desde que se tienen estas estadísticas, reduciendo en un 20% los expedientes pendientes, a principios de año la cifra de solicitudes acumuladas era de 103.000.
“No se están cumpliendo los plazos de resolución, alargándose los procesos de inserción”, explican desde Don Bosco Salesianos Social. “Esto provoca que se vean abocados a vivir en situación de calle o hacinados en campamentos como hace unos meses ocurrió en el puerto canario de Arguineguín”.
Otro problema importante es la falta de recursos, sobre todo especializados que atiendan las circunstancias particulares de las personas solicitantes de protección internacional por motivos de raza, religión, nacionalidad, opiniones políticas, pertenencia a determinado grupo social, de género u orientación sexual. A todo ello hay que sumarle la gran incertidumbre en cuanto al modelo y continuidad del sistema de acogida. “¿Con cuántos recursos se va a continuar? ¿Qué itinerarios educativos, psicológicos o residenciales a medio plazo podremos ofrecer? ¿Cómo se dará continuidad a los procesos de inclusión de los muchachos, muchachas y a sus expedientes administrativos? ¿Qué va a pasar con las personas que ya están en los recursos y con las que se van a seguir recibiendo? ¿Qué respuesta futura de calidad podremos dar desde las entidades los jóvenes ante tanta incertidumbre?”, se plantean las entidades de las Plataformas Sociales Salesianas.
“Desde mi punto de vista, lo que se puede mejorar es el tiempo de espera para hacer la entrevista. La tarjeta roja abre el camino para conseguir un trabajo, pero se tarda mucho tiempo en que la concedan”, explica una de las personas solicitantes de protección internacional recibidas en las plataformas sociales salesianas. Durante el tiempo de acogida, muchas de las personas solicitantes de protección internacional encuentran obstáculos que les impiden seguir avanzando en su integración en la sociedad. “Nos sentimos protegidos en España, pero tampoco todo es color de rosa”, expresa una persona refugiada. “Un día quise solicitar la Cl@ve para realizar gestiones y me pidieron el pasaporte, que no tengo, y no me aceptaron el documento de asilo que recoge mi condición de refugiado. Me encuentro con muchas dificultades similares cuando necesito realizar otras gestiones como, por ejemplo, abrir una cuenta bancaria”, dijo.
Ante esta situación, la Coordinadora Estatal de Plataformas Sociales solicita:
-Reforzar las estructuras necesarias para atender las solicitudes de protección internacional dentro de los plazos legales.
-Proporcionar más medios para la recepción que garantice el acompañamiento de las personas solicitantes de protección internacional y refugiadas con el fin de asegurar condiciones adecuadas en esta fase inicial.
-Dotar de más recursos y de estabilidad a los existentes para favorecer el proceso de integración a diferentes niveles: jurídico, administrativo, lingüístico, cultural, etc., con el fin de lograr el desarrollo integral de las personas.
En la actualidad, en las plataformas sociales se atiende a unas mil personas solicitantes de protección internacional o refugiadas, a través de recursos residenciales de protección internacional, programas de inserción sociolaboral, aprendizaje del idioma y hospedaje.
Las Plataformas Sociales Salesianas cuentan con el programa de recepción integral de jóvenes de 18 a 26 años, solicitantes de protección internacional y refugiados, financiado por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Se considera que su condición de refugiado y joven les hace doblemente vulnerables.
A pesar de la pandemia, durante 2020 y en lo que llevamos de 2021, se han atendido a 150 jóvenes solicitantes de protección internacional procedentes principalmente de Guinea Conakry, Mali, Marruecos y Gambia, entre otros. Del total de solicitudes presentadas, 19 han sido denegadas, 14 aprobadas. El 80% de las solicitudes presentadas por las Plataformas Sociales Salesianas continúan pendiente de resolución.
La Coordinadora Estatal de Plataformas Sociales Salesianas está compuesta por las entidades: Asociación Valponasca, Federación Pinardi, FISAT, Fundación Boscos, Fundación Don Bosco Salesianos Social, Fundación JuanSoñador, Fundación María Auxiliadora, Fundación Mornese, Fundación Valsé y Salesians Sant Jordi.
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