Se trató de un espacio fraterno donde el padre Orozco fue entrevistado por el equipo de comunicación y formación de los Exalumnos de Don Bosco de México Sur, en apoyo al trabajo de los delegados de Familia de Salesiana de México Sur de MEM y de MME.
El Padre Orozco destacó la personalidad del segundo sucesor de Don Bosco, el padre Pablo Albera, y así en una narrativa cercana y franca, detalló las virtudes, límites, logros y retos, de “Le petit Don Bosco” (como era llamado Don Albera por su físico menudo), a quien la Congregación le dedica el presente año.
A continuación el Padre Orozco respondió a varias preguntas realizadas por algunos participantes del encuentro – también miembros de la Familia Salesiana de MEG, Ecuador, Guatemala, Bolivia, El Salvador, Haití y Canadá – e invitó a responder incluso a los “infiltrados” en la Iglesia con el testimonio, con el bien, la paciencia, la amabilidad, como lo haría Cristo y Don Bosco.
Además, el Consejero Regional de Interamérica ante las propuestas sociales, políticas, económicas contrarias al bien común pidió no ser indiferentes, invitando por ejemplo a los exalumnos que participan en los proyectos políticos a mejorar al país; a los miembros de los otros grupos, a seguir trabajando a favor del bien común, en especial de los jóvenes.
Destacó que muchas veces hay quienes se sienten llamados a hacer el bien a los jóvenes y que a ellos le corresponde ser los primeros en propiciar el encuentro, con una sonrisa, dando apoyo, con empatía… Invitó a todos a ser auténticos, a vivir la alegría del Resucitado, de modo que su fe se note en su vida, una vida coherente con el carisma heredado por Don Bosco y Don Albera.
Pidió a los laicos, no quedarse esperando, sino a actuar y no imitar en todo a los salesianos religiosos: “Somos humanos”, dijo, con sus errores; y destacó que muchas veces el ejemplo de buenos laicos levanta el espíritu de los salesianos.
Pidió a los laicos, que no se queden esperando a los salesianos religiosos, sino que actúen. “Somos humanos”, dijo, con sus errores; y destacó que incluso muchas veces el ejemplo de buenos laicos levanta el espíritu de los salesianos.
Invitó además a no tener miedo ante las dudas y planteamientos de los jóvenes de hoy y exhortó mantener el acompañamiento de los muchachos y muchachas que se forman en las casas salesianas, basándose en los Evangelios. Destacó también que se debe combatir, atajar de frente a la murmuración: “No debemos permitir que en Familia se hable mal de los otros”.
Expresó al final, que ve mucho trabajo y esperanza en todo lo que se hace en las Inspectorías y obras de México Sur. A cada grupo de Familia Salesiana el padre Hugo Orozco, le dirigió unas “palabras al oído” y señaló en que se congratulaba por el empeño que se da desde cada ámbito carismático, y resaltó brevemente y fraternalmente algunos detalles que se deben considerar si se quiere crecer mejor.
Concluido el encuentro, el padre Orozco presidió la Misa de las vísperas de la Fiesta de la Divina Misericordia, en la Parroquia-Santuario de María Auxiliadora.