No es su primer libro sobre Srugi. ¿Qué nos trae de nuevo?
En 2018 publiqué Vida y escritos de Simone Srugi, que contiene toda la documentación. En este último libro, encuadro mejor a ambos en su contexto histórico, es decir, los cien años entre la reconstitución del Patriarcado Latino de Jerusalén (1847) y la partición de Palestina (1947). Esta última formaba parte de una región que durante ese siglo cambió por completo su rostro, desde el punto de vista político, socioeconómico, cultural y religioso ... Los mapas y la "galería fotográfica", que completan el volumen, ayudan a tener una idea de esto.
En ese contexto cobra protagonismo la vida y la acción de Srugi que, tras su infancia en Nazaret y los años de aprendizaje en Belén (enfermero, sastre y panadero), hizo su profesión religiosa como Salesiano Coadjutor (1896) y realizó durante 50 años su misión en Betgamāl.
En este lugar apartado y palúdico, los salesianos hospedaron a huérfanos palestinos, a refugiados armenios, libaneses, sirios y finalmente, también a los polacos. Dirigían una escuela agrícola con molino adjunto, trituradora de aceitunas, bodega y dispensario médico-farmacéutico. Simone era maestro y catequista de los niños, maestro de ceremonias en el santuario de Santo Stefano y sobre todo enfermero: las personas enfermas llegaban a él todos los días por docenas, desde unas cincuenta aldeas. Se estima que atendió a decenas de miles de pobres enfermos.
¿Qué dejó escrito Srugi?
No era escritor, era un hombre práctico, sencillo, al que le encantaba leer los libros de Don Bosco, los manuales de piedad… De ellos transcribió frases cortas, que distribuía en tiras de papel a hermanos y muchachos. Se parecen a los tweets de hoy.
A continuación algunos:
- Vale más un "gracias a Dios", un "Dios sea bendito" dicho en la adversidad, que mil gracias en la prosperidad.
- Dios hace las cosas despacio, pero las hace bien.
- Lleven la cruz de cada día todos los días con la gracia de cada día.
- La cruz, si se ama, es sólo media cruz, porque el amor de Jesús ablanda todo, y no se sufre mucho, salvo cuando se ama poco.
- Vale más levantar una pajilla por obediencia, que ayunar una Cuaresma por decisión propia.
- No hay que ir a buscar en la plaza a los enemigos, porque el más rudo está escondido dentro de ti, peor aún tú eres el ese. Así que protege tu alma de ti mismo.
- La felicidad de agradar a Dios al hacer bien todas las cosas es un ensayo del paraíso.
El libro en italiano Simone Srugi en la historia de Betgamāl pronto se incluirá en la Biblioteca Digital Salesiana (Salesian Digital Library - SDL).