El Campamento de Palabek alberga actualmente a más de 56.000 refugiados y solicitantes de asilo. Se estableció oficialmente en abril de 2016 para reducir la congestión en los campos de refugiados más grandes situados en la parte noroeste de Uganda. En Palabek son varias las agencias que participan para abastecer de alimentos y dar educación. Mientras algunos se han ido debido a la pandemia, los salesianos se han quedado.
Incluso antes del COVID-19, las condiciones de vida en Palabek no eran fáciles. La distribución de alimentos era escasa y había dificultad para acceder al agua potable. Con la llegada de la pandemia, todo se ha vuelto aún más complicado. La cantidad de alimentos entregados a los refugiados una vez al mes se redujo en un 30%, se suspendieron las clases y actividades e iniciaron episodios de violencia, alcoholismo y embarazos de adolescentes. La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) advierte que se deben tomar medidas urgentes para enfrentar la situación, si no los niveles de desnutrición aguda aumentarán, especialmente entre los niños.
"Con el apoyo de las Misiones Salesianas pudimos hacer unas 800 bolsas de comida en noviembre", dijo el padre Ubaldino Andrade, misionero salesiano que trabaja en Palabek. "Podremos suministrar casi la misma cantidad a los cristianos del campamento, así como proporcionar mantas, baldes, aceite de cocina y jabón".El padre Ubaldino añade: “Esta donación es muy apreciada porque hay hambre, desnutrición y otras deficiencias nutricionales entre los refugiados, lo que crea mucha frustración, enojo y malestar social. Los Salesianos distribuyeron toneladas de comida y ropa, especialmente a los más pobres y durante la pandemia de COVID-19, muchas familias también fueron apoyadas con semillas y herramientas agrícolas".
Salesian Missions