Tras los hechos de Dili, los jóvenes de Timor-Oriental continuaron combatiendo con valentía por la libertad de su tierra. A su lado se unieron numerosos movimientos internacionales que pedían respeto de los derechos humanos. También la Iglesia católica tuvo un papel muy importante, contribuyendo a la liberación del país. El obispo Carlos Filipe Ximenes Belo, SDB, fue una de las personalidades más importantes en este proceso, ganándose el nombre de “la voz de los sin voz” y siendo galardonado en 1996 con el Premio Nobel por la Paz, por su gran empeño. Algunos años después, en 1999, Timor-Oriental obtuvo su libertad y en el 2002 fue restablecida su independencia con un referendo popular.
Hoy en memoria de estos hechos, el gobierno anima a cada escuela a organizar una misa por los jóvenes mártires de aquel fatídico 12 de noviembre de 1991.
Así los estudiantes y toda la comunidad educativa de la escuela técnica “Don Bosco” de Fatumaca han organizado un Rosario. Salesianos, novicios, aspirantes y todo el personal se reunieron en la cancha de básquet del colegio para rezar por los mártires y los héroes que han valientemente sacrificado su vida por la libertad de Timor-Oriental.
El Rosario fue rezado pidiendo también por los jóvenes de hoy, para que puedan encontrar el espíritu de estos héroes nacionales en las actividades cotidianas, como el estudio y la oración. Los salesianos han rezado también por el futuro de Timor-Oriental, para que pueda volverse un país con un mayor desarrollo. Después del Rosario se celebró una misa en el Santuario Nacional de María Auxiliadora, presidida por el padre Savio David, Director de la comunidad salesiana de Fatumaca.
Fuente: AustraLasia