El 5 de abril de 2020, Sudán del Sur confirmó el primer caso de covid-19, a continuación del cual el gobierno ha emanado medidas restrictivas para evitar la difusión del coronavirus. Las limitaciones produjeron claramente un ulterior impacto negativo en la economía local y los precios de las materias primas aumentaron, creando nerviosismo en los mercados e inseguridad en la población.
El coronavirus además tuvo repercusiones en el campamento para desplazados de Gumbo, directamente gestionado por los salesianos. Instituido en el 2014 tras el inicio de la guerra civil, en diciembre del año anterior, hospeda en la actualidad a casi 9.800 personas, entre ellas a muchos huérfanos, mujeres y ancianos. Los salesianos en Gumbo, han recibido a los refugiados ofreciéndoles alimentos, educación y atención médica, además de un apoyo moral y espiritual.
En estos meses de pandemia, los misioneros de Don Bosco prosiguieron con su labor a favor de las familias más vulnerables. Estas últimas han sido registradas y categorizadas para facilitar la distribución de alimentos, agua y materiales de primera necesitad, además de dispositivos sanitarios, colchones, jabón y plásticos para cubrir los techos.
Durante este período, a pesar de las no pocas dificultades, la distribución se realizó regularmente y las familias vulnerables se han beneficiado de los productos puestos a disposición. A los refugiados además les ha sido indicado la necesidad de seguir los protocolos señalados por el Ministerio de la Sanidad, o sea lavarse con frecuencia las manos y mantener la higiene y el cuidado del cuerpo.
Se mantiene alta, de todos modos, la inestabilidad del País. Los financiamientos son inadecuados y no logran satisfacer las necesidades de todos los desplazados internos ni cubrir los gastos médicos para los enfermos y ancianos. Además, las constantes oscilaciones de los precios y las consecuentes dificultades económicas, perduran como un desafío para las personas más vulnerables del País.