¿Qué cosas lo animaron a hacerse Salesiano?
Yo estudie en el colegio salesiano Anahuac Chapalita, en Guadalajara, México, desde los 7 hasta los 15 años. En el colegio conocí a Don Bosco y desde siempre experimenté una atracción hacia su persona, su estilo y sus sueños. A los 15 años viví la celebración de Semana Santa de modo muy peculiar en una Pascua Juvenil. Fue a partir de aquel momento que mi relación con Cristo inicio un camino de cercanía e intimidad mutua, que experimento hasta la fecha. Esa relación con Cristo me llevó a muchos gestos de generosidad propias de un apasionado adolescente, como dar catecismo en algunos barrios de mi ciudad, visitar un asilo de ancianos, visitar la carcel para menores y en ese tiempo inicié una relación que marcará toda mi vida: el encuentro con los chicos de la calle.
A los 18 años quize extender mi generosidad con Jesús, tenía la intención de regalarle un año de mi vida y busqué hacerlo como Voluntario en un lugar de la misión “Don Bosco”. De esta manera llegué a la Prelatura Mixepolitana en Oaxaca, animada por los Salesianos donde realicé un año de voluntario. Era feliz en mi encuentro con Dios en la naturaleza y con la gente sencilla de los pueblos, tan feliz que pensé en extenderlo a un año de voluntariado. Y pensé: ¿Por qué no para toda la vida? De esta manera inicié mi proceso de ingreso y formación como Salesiano de Don Bosco.
Emití mi Primera Profesión Religiosa el 16 de agosto de 1989 en Tlaquepaque, Jalisco, México.
Soy Salesiano de Don Bosco, porque me siento amado gratuitamente por Jesús y con un agradecido deseo de corresponderle he querido seguirle al estilo de Don Bosco. En mi corazón de pastor están los chicos de la calle y la misión en los pueblos originarios como las experiencias que marcaron mi entrega para siempre. Reconozco la gratuidad y misericordia de Dios en mi pobreza. A Él le agradezco el regalo del carisma y de la vocación que me permite sentirme amado como hijo y a la vez me permite amar como padre.
¿Qué coso lleva para su vida la experiencia del CG28?
¡Una obediencia que no estaba en mis planes! (se rie). Ha sido una experiencia hermosa haberla vivido en Valdocco. Me quedó claro el deseo de hacer presente hoy a Don Bosco, en sus opciones, su estilo, su declarado amor a los jóvenes, su intención de llevarlos a Dios. Me quedo con la opcion del estilo carismático para vivir la comunidad, el servicio y la misión. Entiendo que hemos de hacerlo mejor, incluso hemos de no tener miedo a innovar, a descubrir lo escencial, lo que no puede faltarnos.
Me parece que la manera en que concluimos son nuevos signos que hemos de discernir y aprender. Estoy convencido que Dios sigue hablándonos hoy y que ama a los jóvenes.
En esta primera semana, marcada con grandes restricciones por el Covid-19 ¿Qué cosas ha podido ver, conocer, aprender del nuevo encargo como Regional? Y ¿Qué cosa espera de esta nueva misión?
Desde el 16 de marzo estoy en la casa Inspectorial de MEG en Guadalajara, las políticas migratorias no me permiten hacer los trámites para llegar a la Sede Central, pero esto no esto no ha sido impedimiento para participar en las sesiones ordinarias y de esta manera he conocido las funciones que se asignan a un Consejero Regional. A distancia he podido y realizar algo de lo que se espera de mi servicio. Tengo comunicación frecuente con los inspectores de mi región, estoy aprovechando el tiempo practicando el italiano y el inglés.
A futuro espero que podamos encontrar los nuevos modos de acompañar y animar el servicio de los hermanos en la región. Los contextos me parecen son oportunos para renovar la significatividad de la presencia de una comunidad salesiana. Pido al Espíritu Santo nos ayude a identificar los mejores caminos.
Después de estos seis años en su misión como Consejero Regional ¿Qué espera para el continente que le toca trabajar?
Pienso en una Región que haya podido dar pasos en la nitidez de su identidad carismatica, espero que crezcamos en la cercanía con los jóvenes, en la implicacion juntos salesianos y laicos y en nuevas vocaciones del carisma.