“Como salesianos, estamos presentes entre los Yanomami, en la frontera entre Brasil y Venezuela, desde 1957. Al principio, nuestra actividad misionera seguía afectado por un cierto carácter paternalista y sacramentalista”, dijo el prelado salesiano.
Sin embargo, la propuesta de los Salesianos ha cambiado con el tiempo. “El Concilio Vaticano II – continuó - abrió una nueva temporada. Decidimos compartir la vida de las comunidades, con profundo respeto, conscientes de que eran los Yanomami quienes tenían que tomar las riendas de su futuro. Nos limitamos a ayudarlos a hacerlo, a promover la educación, los proyectos que los hagan económicamente independientes, la defensa de sus derechos”.
El prelado salesiano también habló de cómo se llevaba a cabo el proceso de evangelización: “Entendimos que para evangelizar había que conocer a los Yanomami, sus sentimientos, sus sueños. Con el primer grupo, el camino de preparación duró nueve años. Algunos se fueron. Otros llegaron al Bautismo y fueron la semilla de una Iglesia Yanomami”
El anuncio del Evangelio – añadió – solo trajo el bien a los indígenas: “El Evangelio no quita nada de su identidad. El cristianismo preserva el bien que hay en cada cultura al mismo tiempo que ayuda a la gente a crecer... En el pasado, si habías matado a alguien, te mataban. Y así comenzaron las continuas luchas... en medio de este contexto y esa cultura, el perdón era difícil, sin embargo; estas personas se dieron cuenta de que tener la capacidad de perdonar solucionaba muchos problemas”.
Finalmente, Mons. Divassón Cilveti denunció la pobreza y los masacros los indígenas “por el uso de la tierra o actividades mineras. En la Amazonía hay 35 multinacionales que trabajan sin control ni autorización”.
También hay que señalar que el día de ayer, 15 de octubre, el Papa Francisco completó el comité de redacción del Documento Final del Sínodo, añadiendo a los 9 miembros ya identificados, 4 de su nombramiento. Entre ellos se encuentran dos Salesianos: el P. Rossano Sala, Profesor de Pastoral Juvenil de UPS y Director de la revista “Note di Pastorale Giovanile”, y Monseñor Edmundo Valenzuela, Arzobispo de Asunción, Paraguay.