El convenio reafirma el compromiso de la Congregación como parte de la Iglesia Católica a entregar toda información de casos pasados, presentes y futuros que sean constitutivos de delito contra niños, adolescentes, jóvenes y personas con discapacidad cometidos por Salesianos consagrados o laicos.
El texto señala que “el objeto del convenio es favorecer el intercambio de información concerniente a investigaciones pasadas, presentes y futuras respecto de delitos de carácter sexual cometidos por clérigos diocesanos en contra de niños, niñas o adolescentes, o de personas en situación de discapacidad al momento de los hechos, protegiendo la confidencialidad solicitada por las personas que han acudido a la CECh”.
Para el P. Carlo, esta es la política que la Congregación Salesiana viene implementado desde el año pasado, pero que a la fecha se realiza formalmente con un documento y la firma de todas las partes interesadas.
“Con este convenio – ha explicado el P. Lira – queremos dar un paso más en la tarea de asegurar que no hay cabida en nuestra institución para personas que abusen del tesoro más grande que hemos recibido de parte del Señor; los jóvenes, la porción más delicada y valiosa de la sociedad humana, como lo manifestaba el mismo Don Bosco”
El Inspector concluyó con la promesa de que los Salesianos de Don Bosco harán todo lo posible para generar ambientes sanos y seguros. Es por ello que el mismo Suprior ha manifestado categóricamente que “donde se sepa que quien no respete los principios que nos inspiran desde el Evangelio y nuestra Espiritualidad Salesiana, tendrán que asumir las consecuencias de sus actos”.
En la ceremonia participaron el Secretario General de la Conferencia Episcopal de Chile (CECh) y directamente Mons. Fernando Ramos, el fiscal nacional, Sr. Jorge Abbott; representantes de las congregaciones Maristas, el Instituto de los Padres de Schoenstatt, el Presidenta del Consejo Nacional de abusos y acompañamiento a las víctimas, Ana María Celis y Mons. Juan Ignacio González.
En una entrevista a Mons. Ramos explicaba que los años anteriores han sido “años especiales para la Iglesia, de crisis, en que ha habido una serie de situaciones muy duras, pero también un año de oportunidades... que ha dado posibilidad de una mayor conversión y renovación”.
