El difícil y, en cierta medida, inesperado razonamiento sobre la necesidad de la ordenación sacerdotal de los directores, inspectores y del Rector Mayor –suscitado por el rescripto de la Santa Sede, que propone a las congregaciones considerar también la posibilidad de nombrar en cargos de gobierno a consagrados laicos no ordenados sacerdotes– requiere, de hecho, estudio, escucha y un examen en diálogo entre los orígenes y el futuro. Y esto no se puede vivir como si fuera un simple intercambio de ideas en un debate, sino como un camino conjunto que llegue a una respuesta responsable y profética a la vez.

Así pues, una vez resueltos mediante votación los temas relativos a la estructura del próximo Consejo General y la reorganización de dos regiones, los del llamado “tercer bloque” han comenzado a definirse a través de un esfuerzo de precisión del tema.

La Comisión Central ha examinado con mucha atención cada propuesta de deliberación. A partir de esto ha surgido la decisión de hacer avanzar en paralelo también aquellas que planteaban soluciones radicalmente opuestas, así como la de fusionar deliberaciones diferentes, pero muy afines entre sí, en una síntesis.

También resultó lógico posponer algunas deliberaciones que no implican cambios en las Constituciones Salesianas, ya que es necesario centrarse en lo que deberá (o no) someterse a la evaluación de la Santa Sede.

Sin embargo, fue útil llegar al final del día con la posibilidad de hacer emerger orientaciones –aunque no aún una decisión– sobre las deliberaciones que abordan la hipótesis de confiar también a los coadjutores los cargos de director de comunidad, inspector y Rector Mayor.

Los presidentes o relatores de las seis comisiones pudieron tomar la palabra nuevamente en la asamblea para precisar los contenidos y objetivos de sus respectivas propuestas, señalando también el grado de adhesión o de oposición que surgió dentro de ellas: un deber de transparencia que evita el riesgo de inducir la idea de que ha prevalecido un consenso sin tener en cuenta las posiciones minoritarias.

Todavía será necesario que transcurra otra noche, otra jornada de reflexión y diálogo para enfocar bien el conjunto de consecuencias de cualquier decisión y así deliberar con plena conciencia.

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