La Asamblea de las Naciones Unidas adoptó en 1950 una declaración en la que invitaba a todo los Estados y organizaciones interesadas a que el 10 de diciembre de cada año lo consideren como el Día de los Derechos Humanos. Esa jornada se conmemora la aprobación, en 1948, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Esta edición, la 66, tiene como lema ‘¡Defiende hoy los derechos de alguien!’
El Día de los Derechos Humanos es una llamada a todos los pueblos y personas para defender los derechos del prójimo: defender los derechos de un refugiado o migrante, una persona con discapacidad, una mujer, un indígena, un niño, un afrodescendiente, o cualquier otra persona en riesgo de ser discriminada o sufrir algún acto violento.
La dignidad absoluta y sin condiciones de la persona es el centro y razón de ser por la que existen los derechos humanos como fundamento de la libertad, la justicia y la paz y es nuestro deber darlos a conocer y defenderlos.
Ban Ki-moon, secretario general de las Naciones Unidas ha enfatizado: “volvamos a comprometernos a garantizar las libertades fundamentales y a proteger los derechos humanos de todos”
La Congregación Salesiana, en todos sus frentes de servicio en beneficio de los jóvenes pobres y necesitados, trabaja por esos derechos fundamentales y universales, para que sean respetados, reconocidos, puestos en práctica y promocionados.
Son muchos los salesianos comprometidos en este trabajo diario en favor de los derechos de los niños, niñas y adolescentes para darles dignidad y voz, para romper el círculo vicioso entre la pobreza, violaciones y subdesarrollo.
Al estilo de Don Bosco, apostando por la educación y, sobre todo, por la prevención, la Familia Salesiana es reconocida en todo el mundo por formar cada año a millones de niños y jóvenes de las futuras generaciones en la participación, la justicia social, la solidaridad y el compromiso para el desarrollo de la sociedad.
