El 06 de febrero, al cumplirse los 10 de su partida al cielo, el P. Manolo Cayo, Inspector, en compañía del P. Juan Pablo Alcas, nombrado Inspector, y muchos concelebrantes y miembros de la familia Salesiana con el pueblo, hemos hecho memoria de su partida en la Basílica María Auxiliadora y en varios lugares del Perú.

En la Basílica María Auxiliadora, durante la homilía, el P. Manolo Cayo, hizo alusión al trabajo misionero del Padre Bolla. Recordó el camino personal de conversión y de entrega total al trabajo misionero, tratando de responder la llamada de Dios en el oratorio de su pueblo.

Durante la Santa Misa, se presentó los objetos más queridos del P. Luis Bolla, como el Sagrario o el Chankín, las Corona de plumas que se colocaba en la cabeza para la celebraciones, uno de los cuadernos, y de manera especial se presentó las botas, todavía con el barro pegado en la.

Por otro lado, el P. Jesús Jurado, vice postulador de la causa de beatificación del P. Bolla agradeció a los fieles la presencia en la Basílica y pidió difundir su vida como modelo de Santidad misionera.  “Nos hemos preguntado – comenzaba su breve reseña el P. Jurado – ¿de dónde sacaba tanta fuerza para estar en la soledad de la selva al lado de sus hijos los Shuar y Achuar?”  ¡Una vida entera en la foresta! Nos ha llamado la atención sus historias tan vivas y tan poderosas como él sabía describir. No tenemos duda, sino la certeza que fue una Voz, y una Voz con mayúscula la que escuchó y le hizo caso. En la capilla del oratorio escuchó la Voz de Dios “Estaba entrando a la capilla del Oratorio de Schio – narra el mismo P. Luis Bolla – cuando sentí que el Señor me decía: Tú también serás sacerdote y misionero”.

El 2019 la iglesia dio inicio al proceso de beatificación y canonización del P. Bolla. Y por ello es llamado Siervo de Dios. Seguramente, si estuviese vivo, se hubiese molestado: ¿Santo de altares? ¡no por favor! - Pero, la santidad a los altares no es obra del ser humano, es el regalo amoroso de Dios a la humanidad.

A los 10 años de su partida al cielo, “Jánkuam’ Jintia”, estrella del amanecer, que su pueblo le puso, sigue tan vivo en la persona del Padre Luis Bolla.

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