"La mayoría de los niños no pueden cambiar rápidamente del aprendizaje en el hogar al del aula y los maestros encuentran estresante manejar allí a numerosos niños inquietos e impacientes. Por lo tanto, tuve que pensar fuera de los esquemas para abordar el problema con mucha anticipación y establecer una 'Zona de aprendizaje feliz' para nuestros jóvenes”, explicó el Decano del Colegio Secundario "Don Bosco", el padre Tony Cherian.
Gracias a la colaboración de varias ONG asociadas, confiables y reconocidas, el pensamiento del sacerdote salesiano ahora se ha convertido en realidad.
La mejor forma para proceder fue involucrar a los niños en actividades prácticas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas (STEAM, en inglés) a través de técnicas y metodologías innovadoras, como la educación terapéutica. Este sistema ayuda a los estudiantes a adquirir no tanto un aprendizaje simple mnemónico o mecánico, sino aquellas habilidades cruciales para el siglo XXI de pensamiento crítico, creatividad, comunicación y colaboración (también conocido como las "4C"). Y los beneficios de tal enfoque son evidentemente múltiples.
Al ver las primeras reacciones de sus alumnos, el padre Cherian comentó: “Las 'Zonas de aprendizaje feliz' aseguran que los niños sigan siendo curiosos, se emocionen y tengan ganas de pasar tiempo de calidad comprometiéndose a descubrir cosas, en lugar de limitarse a avanzar en los programas de las distintas asignaturas en el aula".
Los maestros se han convertido en terapeutas y facilitadores para los estudiantes en sus exploraciones, descubrimientos e innovaciones basadas en la investigación, que es el núcleo del aprendizaje experiencial a través de la educación STEAM. "La tecnología es un gran valor añadido y ha llegado el momento de dar a nuestros profesores la oportunidad de utilizarla en nuestras escuelas como una herramienta adicional dentro del aula y no solo para la enseñanza a distancia", explicó el padre Cherian.
“Las actividades STEAM proporcionan un entorno en el que un estudiante puede tocar, sentir y aprender haciendo, a través de un proceso pensamiento proyectual. Esta metodología educativa promueve la 'alfabetización en inventos': hacer cosas, relacionarlas con el mundo real y los temas del libro de texto y experimentándolas con una mentalidad científica”, agregó el Dr. George Panicker, fundador y director ejecutivo de “International S.T.E.A.M Research”, socio del proyecto.
El Dr. Panicker, que además es exalumno salesiano, está convencido de que hoy el crecimiento tecnológico exponencial es una realidad que es necesario tener en cuenta y que los trabajos futuros requerirán una actitud y capacidad para aplicar constantemente el conocimiento y la experiencia del pasado a nuevas situaciones.
La "Zona de aprendizaje feliz" de Puthuppally ofrece un espacio único para que los estudiantes se entreguen al aprendizaje experiencial al eliminar el miedo al fracaso y puedan perfeccionar sus habilidades metacognitivas para convertirse en protagonistas del futuro.
