En Perú, las consecuencias de la pandemia han afectado duramente a los jóvenes y a sus familias. El trabajo de los salesianos de la "Fundación Don Bosco" en Piura, Arequipa, Cusco, Misiones de la Selva, Lima, Chosica y Callao, es un rayo de esperanza: están ayudando a unas 40.500 familias en extrema dificultad, mediante el envío de alimentos y de otros insumos básicos para afrontar esta emergencia sin fin.
Los Hijos de Don Bosco trabajan todos los días para apoyar a tantas familias como sea posible, familias necesitadas como la de Vania, una niña de 9 años que vive en una zona pobre de San Juan de Miraflores, en el distrito de Lima. Su situación familiar es muy difícil. Vania junto con sus dos hermanos vive en una casa de madera sin luz, ni agua potable y ni alcantarillado, con la mamá y el papá desesperados. A pesar de todas las dificultades, siempre han hecho de todo por sus hijos, pero ahora están perdiendo toda esperanza.
A 20 km de San Juan de Miraflores, en el Centro Don Bosco para niños de la calle, vive Carlos, nacido en la región de Cusco, hasta pocos años su situación era similar a la de Vania. Su padre -el único que tenía trabajo- falleció, mientras que su madre nunca trabajó. Alex, el hermano menor, nació con una grave discapacidad y en pocos años sus condiciones empeoraron hasta morir a temprana edad. Para Carlos fue muy difícil, pero a pesar de la terrible situación familiar y la falta de apoyo de la familia, hoy gracias a los Salesianos, casi puede soñar.
Carlos cursa el 5º semestre del curso profesional en Electrónica, es un chico muy sensible con un objetivo claro: quiere convertirse pronto en un buen profesional. Dispuesto a hacer trabajos prácticos, aprender el oficio ensuciándose las manos, durante el período de encierro total, vio desvanecerse el sueño y la esperanza de una nueva vida, si bien ahora está adaptándose lentamente, a pesar de la emergencia sanitaria.
“Nosotros de Missioni Don Bosco queremos ayudar a todos los pequeños de las 40.500 familias que asistimos, para que niñas como Vania sueñen como lo hace Carlos -escriben desde Missioni Don Bosco-. Una ayuda que realmente puede marcar la diferencia son las becas, un apoyo extraordinario que les permite a las familias más pobres aliviar al menos en parte, la preocupación relacionada con la manutención de los hijos, pero no solo. Las adopciones a distancia son también una herramienta fundamental para proteger el derecho al estudio y la nutrición de muchos niños que corren el riesgo de ver su futuro desvanecerse”.
Fuente: Missioni Don Bosco