En su homilía, el cardenal Cristóbal López Romero, arzobispo de Rabat afirmaba: « Faltan sacerdotes que alienten el sacerdocio de los demás y les animen a ejercerlo y vivirlo. El sacerdocio ministerial, lo que hoy celebramos aquí, debe estar al servicio del sacerdocio común de todos los fieles. Ordenar a 5 debe servir para despertar el sacerdocio de 500, 5.000 o 50.000».
Los cinco jóvenes salesianos ordenados escucharon esta reflexión y junto con ellos los salesianos que los han acompañado, sus familiares y una gran cantidad de miembros de la Familia Salesiana y jóvenes que han querido celebrar este importante regalo de Dios: « es un regalo, un don exigente porque es el don de darse y de donarse. El sacerdocio no es una carrera, es un servicio. No se puede ver como un objetivo personal», aclaraba el cardenal.
«SÉ DE QUIEN ME HE FIADO»
El Cardenal Cristóbal López SDB, arzobispo de Rabat, presidió la celebración de la Eucaristía e impuso las manos sobre los nuevos presbíteros y diáconos salesianos. El lema de la celebración ha sido ‘Sé de quién me he fiado’ (2 Tim 1, 12), tomado de la segunda carta del apóstol San Pablo a Timoteo.
Otros dos salesianos del Teologado de Madrid serán ordenados sacerdotes este próximo verano en sus provincias salesianas de origen. Se trata de Emmanuel Lokossou, que recibirá la ordenación en Parakú (Benín) el 5 de agosto, y de Paulin Kolani, que será ordenado en Cinkassé (Togo) el 12 de agosto.
SALESIANOS DIÁCONOS, SALESIANOS SACERDOTES
Al finalizar su homilía, Cristobal López lanzaba dos preguntas: ¿Los jóvenes de hoy necesitan sacerdotes al estilo de cristo y de Don Bosco? ¿Los jóvenes de hoy te llaman a ti a servirles a través del ministerio sacerdotal? Y, el mismo les daba una respuesta: «Mi consejo es que seáis salesianos sacerdotes. Sacerdotes al estilo salesiano. Sacerdotes como Don Bosco que lo era siempre y en todas partes, que no se pertetencia a sí mismo, que había dado su vida a los jóvenes. Y antes que salesianos cristianos y antes personas, seres humanos. Sacerdotes al servicio de las personas, disponibles para la misión. Disponibles para construir el Reino de Dios».
Hacía extensible su propuesta a toda la asamblea: «Todos somos sacerdotes y diáconos Os invito a vivir esta vocación con las 4 F: la Fe, con Fidelidad, para ser Fecundos, una fecundidad que nos lleva a la Felicidad».