¿Puedes presentarte?
Me llamo Renato, tengo 46 años, soy napolitano, aunque desde los 10 años vivo en Piossasco (Turín) a donde se trasladó mi familia en 1984. Llevo casado 18 años con Bárbara. El Señor ha hecho que nos encontremos y descubramos que estamos hechos el uno para el otro. Nos ha dado 4 espléndidos hijos – Mateo de 17 años, Catalina de 15, Sara de 10 y la pequeña Margarita de 5 años– y con esta pequeña tropa intentamos vivir lo cotidiano, en la escuela de María y redescubrir cada día la alegría del Evangelio. Pertenecemos a la Asociación de María Auxiliadora desde 2013, y a finales de 2017 con ocasión de la renovación del consejo de la asociación, fui elegido presidente de ADMA Primaria. Esta nueva experiencia es, para mí, una ocasión de restituir un poco de los muchos dones que he recibido en todos estos años de camino y sentirme parte viva de la Familia Salesiana y de toda la Iglesia.
¿Por qué te enrolaste en ADMA?
¡Por agradecimiento! Entrar a formar parte de la Asociación ha sido para mí y para Bárbara, el culmen de un proceso y, a la vez, el principio de un nuevo camino. En efecto, desde hacía ya algún tiempo, – junto a otras familias y acompañados de sacerdotes salesianos – seguíamos un itinerario de formación cristiana, para probar y vivir el proyecto y la vocación que el Señor ha fijado para nosotros como individuos, como esposos y como padres. Esta experiencia nos ha abierto los ojos nos ha ayudado y, con los años, nos ha transformado: ¡ha sido una bendición! Siempre que nos ponemos a rezar y hacemos silencio, podemos reconocer lo que la gracia ha realizado en nuestras vidas y cómo, día tras día, a veces fatigosamente, con pruebas y caídas, descubrimos cada día un trocito más del maravilloso tapiz que el Señor está tejiendo. Formar parte de la Asociación, ha sido, pues, como dar gracias a María que silenciosamente y de puntillas ha entrado en nuestra casa. Ha sido el principio de un nuevo itinerario hecho de confianza, de oración, de restitución y de servicio.
¿Qué significa ADMA Primaria?
ADMA – Asociación de María Auxiliadora– la fundo el mismo Don Bosco hace 150 años, ¡el 18 de abril de 1869! Don Bosco la ideó como un modo concreto de defender la fe ente la gente sencilla, promoviendo el amor a Jesús Sacramentado y la devoción a la Virgen, con el título de Auxiliadora. El término “Primaria” quiere recordar precisamente la primera ADMA fundado por Don Bosco en Valdocco y subraya, en particular, la relación de la Asociación con la Basílica de María Auxiliadora: Don Bosco, en efecto, un año después de la consagración del Santuario (1869), junto al edificio hecho con ladrillos, erigió un saltuario construido con “piedras vivas” fundando la Asociación, asombrado de las innumerables gracias y milagros que la gente atribuía a la intercesión de la Auxiliadora. Hoy todos las Asociaciones del mundo están “agregadas” a la Primaria de Valdocco. ADMA es una forma sencilla de pertenencia a la Familia Salesiana. “Sencilla” porque, en realidad, no exige particulares compromisos y condiciones, sino solo el deseo de experimentar, vivir y promover el amor a Jesús Sacramentado y la devoción a María Auxiliadora imitando sus actitudes, confiar y glorificar al Señor y “firmeza” en las pruebas y dificultades de la vida. “Pertenencia” porque crea relaciones entre las familias, los jóvenes y las distintas generaciones, los diversos estados de vida; relaciones que, como Don Bosco decía, son necesarias porque, “estar entre los muchos que hacen el bien nos anima sin que nosotros nos demos cuenta”.
¿Está extendida ADMA por todo el mundo?
En estos 150 años nuestra Asociación se ha difundido por todo el mundo, gracias a la respuesta generosa de muchísimas personas que a pesar de las dificultades y las diversas circunstancias de la vida han mantenido viva la devoción a la Virgen, confiando en María con sencillez. Hoy somos más de 100.000, en más de 50 países y con 800 grupos locales erigidos y agregados a ADMA Primaria de Valdocco.
¿Proyectos de futuro?
Seguiremos confiando y confiándonos al Señor y promoviendo de modo sencillo la devoción a María Auxiliadora. Procuraremos ser intérpretes de los signos de nuestro tiempo conscientes de que defender hoy la fe quiere decir fijar nuestra atención en la familia, como cuna de la formación humana y espiritual de los jóvenes. Queremos, pues, continuar promoviendo la evangelización en la educación y en las familias en todas los ámbitos de la vida, no solo con el compromiso apostólico, sino también con un testimonio concreto de vida, sin dejarnos engañar por las lógicas de la indiferencia y del egoísmo, con un estilo familiar sencillo y práctico.