¿Qué opina sobre la Ley Celaá?
He de reconocer que no estar en España me impide tener un conocimiento profundo de la situación, pero por lo que sigo a través de la prensa y las informaciones de mis hermanos en España, y todo lo que he vivido en mi patria en años anteriores con las diversas leyes de educación, siento que es, una vez más, una oportunidad perdida para un gran Pacto Social de Estado por la Educación. La educación de nuestros niños y jóvenes es algo muy sensible y muy delicado. Pero me da pena que en estos tiempos en los que tanto se habla de diálogo, de participación, de inclusión, de no exclusión..., no seamos capaces de ponernos de acuerdo para unir todas las fuerzas en favor de las nuevas.
¿Va a suponer esta ley un problema para la Congregación en España?
Hasta ahora hemos sido capaces de seguir adelante en el contexto de las diversas leyes. La fuerza está en la unidad, no solo nuestra, sino con todas las demás instituciones con las que compartimos esta vocación de educar a los jóvenes: pienso en Escuelas Católicas de España, en las Confederaciones de Padres, y en otras instituciones con las que compartimos la misma visión en el campo de la educación y enseñanza concertada. Mantenernos unidos es esencial. Y lo es no tanto para defender nuestro derecho a existir, que quizás no sea lo que ahora está en juego, sino algo que es más profundo: el derecho fundamental a la libertad de enseñanza en la parte que hace referencia al derecho de los padres a elegir el tipo de educación para sus hijos conforme a sus convicciones civiles, morales y religiosas.
Para concluir con el tema de la Ley Celaá ¿Cree que, si se conociera a la figura de Don Bosco, se habrían puesto en marchas estas “restricciones” contra la Educación Concertada entre la que se encuentran nuestros colegios en España?
Ya lo dijo en su día D. Rodolfo Fierro, allá por 1910, salesiano de don Bosco, quien habló en nombre de los salesianos, en un contexto en el que se debatía sobre la ‘Ley del Candado’: No vengo a combatir; vengo a hablar de la Sociedad Salesiana... Vengo a exponer sencillamente, a informar, a invitaros a que os informéis personalmente visitando nuestras casas.
Estoy convencido de que, si nos conocieran, no solo a nosotros, sino a tantas instituciones religiosas y educadores que se dejan la vida por la educación de los jóvenes, caerían muchos prejuicios y muchas falsedades que se dicen de la enseñanza concertada, al menos de la católica, que es la que más conozco.
¿Cómo se ha adaptado la Congregación Salesiana a esta época de pandemia?
Pienso que lo más justo sea decir que nos hemos adaptado como todo el mundo, es decir, como hemos podido, y como hemos ido aprendiendo poco a poco al seguir las orientaciones de las autoridades civiles en cada momento, y al mismo tiempo viendo por nuestra parte, con creatividad, qué podíamos hacer para que la misión salesiana siguiera adelante en todo el mundo, y naturalmente en nuestra España. He de decir que estoy muy sorprendido de la creatividad educativa y pastoral que he visto desarrollarse en mi entorno y en los diversos continentes del ‘mundo salesiano’. Ha habido una lluvia de iniciativas de todo tipo para hacernos presentes de mil maneras.
¿Qué iniciativas están llevando a cabo los salesianos para combatir las secuelas de este virus?
Un primer frente que hemos cuidado y queremos seguir haciéndolo es el de asegurar que las actividades, las acciones educativas y los diversos servicios sociales, pastorales y de acompañamiento de personas sigan adelante (del modo que sea y en el formato que sea posible). Ha sido frecuentísimo encontrar en nuestras presencias muchísimos grupos de jóvenes dispuestos en cada momento para distribuir comida, acercarse a las familias más necesitadas, prestar servicios de clases ‘online’ a aquellos que no han podido seguir el ritmo de las circunstancias. En todo el mundo hemos llegado a distribuir ayudas en 63 naciones gracias a la generosidad de miles de personas ante la campaña que hemos lanzado frente al Covid. Públicamente en videoconferencia he dado a conocer los destinos y proyectos de esta ayuda recibida.
¿Cuál es el papel de las Misiones Salesianas en estos tiempos que corren?
Sobre las Misiones Salesianas, puedo decir con un profundo sentimiento de verdad que como salesianos de Don Bosco en el mundo estamos apostando fuertemente por llegar a las verdaderas periferias, a los lugares donde en general no se quiere ir. Sé muy bien que no somos los únicos en la Iglesia. Ciertamente. Pero yo puedo testimoniar que los hijos de Don Bosco lo queremos hacer y lo estamos haciendo. En este sentido, el camino que viene recorriendo la Congregación en estas 134 naciones está en total sintonía con lo que Don Bosco ha querido y como él nos ha soñado. Claro que no todo lo hacemos bien, pero este es el camino que estamos siguiendo. Al lado tenemos a tantísimos laicos y laicas, hombres y mujeres con quienes compartimos esta misión educativa y evangelizadora, social y de humanización. Esto es magnífico, junto a tantísimos jóvenes que viven un voluntariado social o misionero. Por lo tanto, son tiempos difíciles pero llenos de esperanza.
Si Don Bosco viviera en nuestros tiempos, ¿Cuál cree que sería su sueño?
Sin duda su gran sueño sería el de ver a los jóvenes felices, aquí y en la eternidad, como siempre dijo a sus muchachos. Desde luego, el de no ver a ningún muchacho, a ninguna chica y ningún joven sin alguien que los acoja como amigo, como educador, como padre o madre. Evidentemente, su sueño sigue siendo el de prepararlos para la vida y ofrecerles un sentido trascendente que, si en libertad lo aceptan, tal sentido es Dios, porque Don Bosco siempre quiso acercar a sus muchachos al encuentro con Dios. Su sueño no ha cambiado, es el mismo que el de hace 162 años, y seguirá siendo el mismo mientras hayas jóvenes en la humanidad y mientras haya abandonados, excluidos y pobres.
¿Qué sueño de Don Bosco le marcó más?
Más que un sueño, de los muchos que ha tenido, yo prefiero decir que lo que más me ha emocionado siempre y me sigue emocionando hoy en día de Don Bosco es, sin duda, su pasión educativa por los jóvenes; su convicción radical de decirse cada día “por vosotros estudio, por vosotros trabajo, por vosotros estoy dispuesto incluso a dar la vida”. Son palabras que cuando las haces tuyas en la entrega cotidiana a los jóvenes, te llena de fuerza y de alegría.
Fuente: El Corre de Andalucía