Cómo responder a la pregunta planteada por el Capítulo: ¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?
Si “desempaquetamos” el tema generador del Capítulo: ¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?, tenemos tres líneas de intervención: la misión, que expresa la presencia de Dios en medio de los jóvenes de hoy, la formación del Salesiano que no puede ser una sola persona en solitario. Hay una dimensión comunitaria que integra diferentes estados de vida: el salesiano consagrado trabaja siempre con los laicos, el tercer elemento de la reflexión del Capítulo. Nosotros los Salesianos no podemos hacerlo todo, no tenemos que hacerlo todo, hay una corresponsabilidad laica: se trata de poner en práctica el Concilio Vaticano II y hacerlo “vital” aunque hayan pasado 50 años.
El Papa Francisco invita a los Salesianos a ser hombres de Dios, pero personas concretas. ¿Qué significa ser concreto en las obras salesianas como en la Siria devastada por la guerra?
En los contextos más terribles, el primer elemento de ser concreto y práctico es el testimonio. Ser concreto en un país en guerra como Siria es permanecer en el lugar mientras que todos se van. Para el pueblo Sirio, los Salesianos que se quedaron son un signo de esperanza y de testimonio.
Por ejemplo, en Damasco estamos tratando de crear un Centro de Formación Profesional, esta es una forma sencilla y concreta, como dice el Papa Francisco, de dar esperanza y, como nos invitó Don Bosco, de “enseñar el futuro”. Esto es el humanismo cristiano: y la formación profesional es un instrumento válido tanto en Damasco como en Turín.
¿Qué cosas se lleva de Valdocco desde que cuando Ud. partió de Turín?
Valdocco está siempre en tu corazón. Aquí en Valdocco, hasta las piedras te hablan de la fe de los que las pusieron. Viviendo durante años en estos patios he oído muchas veces a los hermanos llamarnos a la centralidad de las relaciones sin sentirnos “dueños de la mies”, sino sintiéndonos “siervos inútiles”. El Beato Felipe Rinaldi, tercer Sucesor de Don Bosco, tenía este “santo” una bella costumbre. Después de la oración de las Completas, la última oración del día, como si fuese un niño escribía en unas hojas de papel nombres, situaciones, problemas y los colocaba bajo una estatua de la Virgen que tenía en mesa de noche. Es un simple gesto de gran espiritualidad que nos dice: “Señor, vengo hasta aquí, Virgen Santa, nunca saldré solo de todos estos problemas: te los doy porque no puedo encontrar soluciones por mí mismo y luego porque eres Tú quien ilumina mi vida y mi corazón. Mañana por la mañana devolveré los papeles, pero esta noche los guardas: te confío estas personas, ayúdame a dar algunas respuestas”. Aquí está el Salesiano para los jóvenes de hoy: un hombre que tiene una relación vertical con Dios. Así te salvas, porque todo pasa por ahí.
Marina Lomunno