El viaje de servicio dura unas pocas semanas. El diácono salesiano José Alves explica que se planifica al detalle todas las actividades. “Salimos a las aldeas rezando, acompañamos las clases y las actividades de las escuelas, la salud. Nos encontramos con la gente en sus aldeas y en las carreteras. Si tienen problemas con el funcionamiento de los pozos, tomamos nota, y cuando llegamos a una cantidad de servicios necesarios que permitan el traslado del proyecto “AMA”, recorremos las aldeas, sabiendo ya de antemano cuáles pozos necesitan mantenimiento”, revela el religioso.
En estos 13 pueblos de la región de Parabubure viven unas 500 personas, que hoy en día se benefician de los pozos cuidados. Esta vez se hicieron pequeñas reparaciones, como el cambio de bombas, la reparación de grifos, entre otros servicios.
Los pozos que existen actualmente fueron perforados en diferentes momentos, hace más de 30 años, según las necesidades de los indígenas. El último pozo perforado por el grupo AMA fue realizado en la aldea Teihidzatse hace 3 años. En las aldeas se han perforado otros pozos gracias al apoyo del estado.
El proyecto de mantenimiento de los pozos responde a una necesidad visible de los pueblos Xavantes de la región. Los indígenas construyen sus pueblos generalmente a orillas de pequeños arroyos, que a veces se secan en épocas del año en la que casi no llueve y cuando llueve, el agua se vuelve muy pantanosa. Por lo general, es el agua de estos ríos y arroyos lo que los indios utilizan para beber y cocinar, con mayor o menor calidad.
En algunas aldeas se constata la grave escasez de agua y por ello la presencia del proyecto “AMA” es fundamental para la perforación de los pozos y el mantenimiento, todo ellos para el servicio de los “más pobres del Reino de Dios”.
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