“De niño soñaba con ser un cantante o actor. Yo quería ser rico y famoso. Pero por encima de todo quería ayudar a mi familia. Tengo una hermosa voz. Aprendía rápidamente las canciones y me gustaba cantar y actuar como una superestrella”, recuerda el Sr. Sarorng, nacido en 1989.
Pero en la escuela secundaria, algo cambió. Recibí una beca de la escuela “Don Bosco Children Fund” y conoció a los misioneros. Tenía una cierta curiosidad ‘hacia la vida religiosa’, aun cuando sentía que “no quería ser sacerdote”.
Con un sentido de responsabilidad se matriculó en un curso de electricista en el Instituto Técnico Salesiano en Phnom Penh; al mismo tiempo comenzó a asistir al Oratorio Salesiano y desarrolló su talento para la música y se convirtió en un buen animador.
Después de completar sus estudios, trabajó durante un año en el Centro Catequético católica de Camboya, trabajando entre los jóvenes: “Mi vocación comenzó a crecer”, nos relata. Pero, todavía no está convencido. Quería la aprobación de los papás, en especial la bendición de la madre, no católica. Obtiene la bendición e inicia su proceso de formación, uniéndose a la comunidad salesiana en Phnom Penh y trabajando para el “Don Bosco Children Fund”, la misma organización que años antes habían apoyado sus estudios.
Hoy en día está satisfecho con la decisión tomada, “todas las experiencias de servicio con los jóvenes y los pobres me hacen feliz. Ayudar a otras personas en mi país es una alegría que me recompensa frente a las pequeñas dificultades que encontré en mi vida profesional. Ahora me siento feliz de pertenecer a una comunidad”.
Y concluye: “abrí mi corazón a Dios y escuché su llamada... Y yo haré todo lo posible para el cumplimiento de mi vocación como salesiano de Don Bosco, como el primer Salesiano Coadjutor de Camboya”.
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