“El infierno” cuenta la historia de Chennu, un niño de la calle de Freetown en Sierra Leona. Con 15 años entró en la cárcel de adultos de Pademba Road de la capital del país africano. Es una película que quiere poner en primer plano “las historias de esas personas que están muriendo olvidadas en la cárcel en condiciones infrahumanas”, denuncia Remírez.
Además, es una historia de superación personal centrada en el protagonista, Chennu. Un personaje “poderosísimo” puntualiza Amaia Remírez. Tras pasar cuatro años en la cárcel, logra cambiar su vida y “Ahora se dedica ayudar a quienes están encarcelados”. “Es una redención completa y una superación total de las penurias por el paso de esa cárcel”. El corto se ha producido gracias al apoyo del Centro Don Bosco Fambul de Freetown en Sierra Leona y de Misiones Salesianas.
Uno de los colectivos que se atienden desde Don Bosco Fambul es el de los presos que se encuentran en la cárcel de adultos, allí conocieron a Chennu. “Con este corto queremos dar visibilidad al trabajo que están haciendo los salesianos allí, especialmente con los menores que se encuentran dentro y los presos más enfermos”.
Desde hace ya algunos años se encargan de los documentales que prepara la Procura “Misiones Salesianas” para visibilizar el trabajo que se realiza en países en vías de desarrollo. El último trabajo fue “Love” de Sierra Leona, pero también “30.000” en Costa de Marfil y el que pronto estrenarán sobre “Palabek. Refugio de Esperanza”. en Uganda.
El estreno nacional de “El infierno” tendrá lugar a finales de octubre en la “Seminci” (Semana internacional de cine) de Valladolid, en la sección competitiva de cortometrajes: “Tiempo de Historia”. “Para nosotros es un objetivo estar en los Goya”, escribe Amaia.