Durante el siglo XX se registraron enormes cambios, pero los Hijos espirituales de Don Bosco han seguido trabajando de manera tenaz para dar a los indios los instrumentos que les permitan vivir con dignidad y respetando las propias tradiciones.
Esto, por ejemplo, es lo que ellos hacen ahora en Marauià, una pequeña población que se asoma a un afluente del Río Negro, en el corazón de la selva amazónica. Aquí vive una comunidad de Yanomami, una de las etnias más características del Amazonia y que los salesianos acompañan desde hace más de cien años, cuando llegaron a esta región intransitable e inexplorada.
La escuela de la población de Marauià, construida en el 2011, fue seriamente dañada en el 2017 debido a un huracán. Después de casi dos años de grandes dificultades los salesianos decidieron volver seguro el edificio, para permitir a sus 128 pequeños alumnos -que frecuentan la primaria divididos en tres turnos: mañana, tarde y noche- vivir el momento más importante del día en un ambiente digno.
El proyecto, patrocinado por la Procura Misionera Salesiana de Turín - "Missioni don Bosco", es simple pero muy significativo. A nivel práctico se trata de proveer a la reconstrucción del techo que quedó prácticamente arrasado por el huracán de 2017, y reforzar la estructura, para rehacer el piso y arreglar la fachada.
El significado del proyecto, entretanto va más allá de los trabajos que volverán el edificio seguro. El presidente de Misiones Don Bosco, el salesiano coadjutor Giampietro Pettenon explica: "La atención por las minorías étnicas es un elemento fundacional de la misión salesiana y está más que nunca a la vanguardia, porque ha sido elegido como un tema de reflexión de la asamblea especial del Sínodo de los Obispos para la Región Panamazónica. Apoyar el proyecto para esta pequeña escuela significa además, garantizar un futuro mejor a los pequeños Yanomami, futuros custodios del pulmón verde del mundo".
Para más informaciones visitar la web: www.missionidonbosco.org