El grupo participante siempre ha estado comprometido durante su estancia en Camboya, dedicándose a muchos aspectos. “Empezamos con un proyecto muy práctico: hacer una pared de hormigón para drenar el área alrededor del campo de fútbol. Este trabajo nos ha dejado sucios y cansados, pero muy satisfechos. Lo mejor de todo esto fue que trabajamos codo a codo con los alumnos del centro y pudimos hacer amigos desde el inicio de la experiencia”, dijo Lauren Hichaaba, Directora del Proyecto Cagliero.
El punto fuerte de la experiencia fue entonces la oportunidad de residir en las familias camboyanas de la zona, invitadas por los profesores del centro salesiano. Así que los voluntarios australianos pudieron experimentar realmente la vida cotidiana en Camboya.
Después de pasar algún tiempo conociendo el pasado trágico de Camboya, los jóvenes australianos se dedicaron a programar y animar un taller de tres días sobre el liderazgo juvenil salesiano. Este programa despertó un enorme interés entre los jóvenes camboyanos, que viajaban desde todas partes del país para participar. Al final fue un fin de semana de verdadera diversión y aprendizaje, donde tanto los jóvenes australianos como los jóvenes camboyanos profundizaron su comprensión de lo que significa ser un joven "salesiano". El último día, completamente dedicado a las actividades escolares, dejó a todos cansados pero entusiasmados de nuevo.
Entre muchas lágrimas, los voluntarios del Proyecto Cagliero dejaron la capital del Reino para visitar los templos de Siem Reap, donde pasaron los últimos días. En ese lugar tuvieron la oportunidad de conocer mejor las bellezas del país anfitrión y de reflexionar, compartir y orar juntos sobre todo lo que se había aprendido y experimentado en los días anteriores.
“El sentimiento que todos experimentamos cuando regresamos a casa es de inmensa gratitud. Estamos muy agradecidos por la relación tan especial que tenemos con los Salesianos de Camboya. Y ahora tenemos otro grupo de jóvenes que han quedado plenamente cautivados por el espíritu salesiano y por el maravilloso Reino de Camboya”, concluye la Sra. Hichaaba.