A través de numerosos proyectos de formación profesional, la Fundación ofrece a los jóvenes la oportunidad de redimirse. Entre las obras salesianas en Myanmar, se encuentra el “Centro de Formación Profesional Don Bosco” en Myitkyina, al norte del país, zona afectada por numerosos conflictos, donde viven 32 niñas y 73 muchachos de familias muy pobres de la región.
Gracias a la Fundación, en los últimos 11 años, al menos 500 estudiantes han completado sus estudios, obteniendo un certificado en carpintería, mecánica, soldadura, sastrería, tejido y bordado. El centro también cuenta con salas internas y externas y áreas de recepción dedicadas a los estudiantes, donde también pueden practicar deportes como el voleibol, fútbol y el kickball. La intención es ampliar la estructura de alojamiento, creando nuevos entornos para la hospitalidad y una sala de conferencias.
La “Fundación Opera Don Bosco" también está presente en Myanmar llevando el centro de Chantagon, dirigido por las Hijas de María Auxiliadora. Se ha construido un patio cubierto donde, al estilo de Don Bosco, los muchachos pobres pueden reunirse para jugar, para recuperar los años escolares perdidos y para aprender un oficio.
En Mandalay también hay un centro educativo donde los muchachos pueden vivir y estudiar. El objetivo es ahora ampliar la oferta educativa y apoyar un proyecto deportivo destinado a la recuperación de los chicos de la calle.
En Anisakan-Nazareth también hay 153 niños que se están preparando para los exámenes de la escuela pública y que asisten a diversos cursos de música, fútbol y teatro.
En Hlaing Thar Yar, en las afueras de Yangon, las Hijas de María Auxiliadora dirigen un jardín de infancia para niños de 3 a 7 años.
La “Fundación Opera Don Bosco” se une al llamamiento lanzado hace unos días por el Cardenal Charles Maung Bo, arzobispo salesiano de Yangon y presidente de la Federación de las Conferencias Episcopales de Asia, para “poner fin a todos los conflictos armados que afligen al país”.