Cierto es que en Santa Fe existían buenos colegios católicos; sin embargo, faltaba uno que se dedicase a la educación de los hijos del pueblo. Se imponía esta fundación pues según el criterio de Don Bosco: “Entre los hijos del pueblo, hoy más que nunca, hay que cultivar el amor a Dios, a la ciencia y al trabajo”, condiciones esenciales para poner a la niñez y juventud con posibilidad de ganarse honradamente la vida, de ser útil a la familia, a la Iglesia, a la Sociedad y a la Patria.
El P. Sorasio, animado por un gran ímpetu de vida espiritual, desplegó una inusitada campaña para abrir una casa salesiana. Tenía la aprobación del Arzobispo Mons. Nicolás Fasolino, el apoyo de los cooperadores, encabezados por la esposa del gobernador de la provincia Sra. María Salomé Freyre de Iriondo y por la Sra. Mercedes Funes de Cullen.
Y llegó por fin el día esperado: el 28 de mayo de 1939 con la animación de la Banda de Música del Colegio San José de Rosario, una multitud se congregaba, y con la presencia de autoridades, se procedía con gran pompa y regocijo colocar la piedra fundamental de la nueva casa salesiana.
El 19 de febrero de 1940 se inició la construcción; mientras tanto se alquiló una casa cerca del nuevo colegio en Facundo Zuviría 6035, propiedad de la familia Marsengo. Allí vivieron y trabajaron fecundamente los tres primeros salesianos que eran el director P. Mario Mondati, el fundador, P. Domingo Sorasio, confesor y encargado de los cooperadores y el hermano coadjutor Eliseo Malco.
La siembra comenzó con el Oratorio Festivo, no podía ser de otra manera: la obra de Don Bosco nació y creció en un oratorio. El 28 de abril de 1940 con actos de verdadera piedad y alegría se asistió a la erección canónica de la parroquia. El 9 de mayo se crea el Batallón de Exploradores; el 21 de septiembre se presenta “el flamante edificio del colegio”.
Se celebra 80 años y se recuerda a los miles de niños y jóvenes que han crecido y madurado como buenos cristianos y honrados ciudadanos, a los innumerables salesianos y laicos que han regalado su vida con amor y ejemplar testimonio de entrega generosa.
Fuente: El Litorial