Nos sorprende que, después de 18 días de negociaciones, 49 hombres, mujeres y niños permanezcan atrapados en barcos frente a las costas maltesas.
A pesar de los innumerables pedidos de solidaridad, los Estados miembros de la Unión Europea no han podido encontrar una solución diplomática.
Es nada menos que trágico y vergonzoso. Solo puede significar que hemos perdido completamente nuestra humanidad, como pueblo y como unión de estados que se supone promueven los valores de solidaridad, respeto por los derechos humanos y la dignidad humana.
Reconocemos los problemas complejos que plantea esta situación y estamos de acuerdo en que este es un desafío europeo que requiere una solución europea. Sin embargo, esto no puede ser una excusa para renunciar a nuestra responsabilidad, como individuos y como nación para salvar vidas a cualquier costo. El deber de salvar vidas humanas no solo es un imperativo legal, sino también moral, que nunca puede estar sujeto a condiciones políticas tales como la disponibilidad de ofertas de reubicación concretas o el temor de crear un precedente.
En este punto, la pregunta que debemos responder es simplemente: ¿qué es más importante, ganar algún punto político o salvar vidas?
Para nosotros, las organizaciones firmantes, solo puede haber una respuesta: las personas son más importantes.
Hoy estamos aquí para defender la vida y la dignidad. Invitamos a Malta a dar prioridad a la vida y abrir sus puertas hoy.