Esta premisa sirve para llegar a narrar lo que está sucediendo en las últimas semanas en una pequeña ciudad piamontesa, Fossano, donde un misionero, un Salesiano Coadjutor, Giacomo Comino, prepara un contenedor que en el mes de febrero llegará a Palabek en Uganda. Esta es una de las últimas obras de misión que los salesianos han abierto en medio de un campo de refugiados.
Este contenedor llegará al corazón de lo que es uno de los mayores campos de refugiados del planeta. Este contenedor no se utilizará para productos ordinarios y de primera necesidad, como son los alimentos o medicamentos, sino para materiales útiles para la creación de una escuela técnica.
Cajas de metal, computadoras, hormigoneras, palas, picos e incluso un montacargas que serán enviados a Palabek para levantar las cargas muy pesadas. Para ayudar al Salesiano Coadjutor Giacomo Comino en esta expedición se encuentra Flavio Filippi, ex empresario en el campo de la venta de ferretería, que después de dejar el negocio en manos de sus hijos, actualmente se dedica a esta iniciativa para ayudar a los misioneros. Flavio Filippi ha decidido poner a disposición todo el material posible para ser enviado al campo de Palabek.
¿Para que servirá todo este material? La idea de Giacomo Comino, o Jim como muchos lo llaman, es establecer pequeños talleres al Sur de Sudán, para que los refugiados puedan aprender el trabajo técnico.
Algunas de las personas, en este punto, puede hacerse una pregunta: con todas las urgencias que un campo de refugiados puede tener, ¿es realmente necesario preocuparse por la instalación de un pequeño taller?
La respuesta está articulada para Jim que lo hace simple, recordando el conocido principio que inspira la cooperación: “mejor enseñar a pescar que dar un pescado”.
En el campamento de Palabek existen, de hecho, muchos jóvenes y es necesario que reciban educación y puedan aprender habilidades artesanales, incluso básicas, para construir un futuro posible.
Este es un paso importante para reconstruir la "normalidad". Una normalidad que debe ir más allá de la simple entrega de bolsas de arroz o leche en polvo. Es una idea que nace con el objetivo de promover la dignidad de vivir y de hacer comunidad.
Fuente: Missioni Don Bosco